viernes, 14 de mayo de 2010

834. El horror

—La casita de chocolate se ha convertido en un museo.
—¿Un museo del chocolate?
—No, un museo del horror.
—Ah, entiendo. Niños encerrados, brujas calcinadas…, cosas de ésas, ¿no?
—¡Qué va! Arquitectura horrorosa, interiorismo horroroso…, cosas de ésas.

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