En el autobús viajaban dos docenas de jóvenes inmersos en la embriaguez de una despedida de soltero. Acababan de recoger a dos autoestopistas: la chica de la curva y su amiga contrahecha.
Al llegar a la famosa curva, las chicas se esfumaron. Uno de los pasajeros empujó al conductor y dio un volantazo.
—Éstas no se nos escapan tan fácilmente —farfulló mientras el autobús se precipitaba ladera abajo.
Muy bueno el punto de humor, Alberto, ya lo creo.
ResponderEliminarUn saludo
Hay tipos ... perdón, muchachos, varones, señores, que harían cualquier cosa con tal que no se les escape una "posible" cita.
ResponderEliminarCuando la necesidad aprieta no se miden las consecuencias...
ResponderEliminarUn beso
Zarzal: ¡Gracias!
ResponderEliminarPatricia: Sí, sobre todo en una despedida, donde las posibilidades de salir despedidos son mayores.
Alís: La necesidad aprieta pero no ahoga.