El químico se halla sumergido en una bañera llena de cocacola de la marca Coca-Cola. Cada vez que asoma la cabeza, su esposa lo golpea con una manzana.
—Más fuerte, mujer.
—¿Así?
—No, más fuerte.
—¿Así?
—No, más fuerte.
—¿Así?
—No, no tan fuerte.
—¿Así?
—¡Eureka!
—¿La tienes?
—La tengo.
Hola!! jejejeje Gracias por compartir!!
ResponderEliminarTe dejo un relajante y cálido abrazo de luz.
Beatriz
Los científicos me parecen muy surrealistas
ResponderEliminarUn beso