Cada vez que el tren se introduce en el túnel, se oye un gemido de placer.
Indignados, los pasajeros montan una huelga: no volverán a tomar el tren hasta que el clítoris del túnel haya sido extirpado.
La empresa ferroviaria cede al chantaje.
Ahora, cada vez que el tren se introduce en el túnel, se oye un gemido de placer.
Ahhhhsss!!!
ResponderEliminarEso es una ablación y lo demás son clitorinadas.
Besos, Al.
Y los pasajeros del tren que circula en dirección contraria. ¿No se quejan? ¿Aceptan la sodomía?
ResponderEliminar¡Excelente Alberto!
ResponderEliminarLo que me extraña es que sólo se oiga uno.
ResponderEliminar¿Cuándo dejará de molestarnos el placer ajeno?
ResponderEliminarUn beso