La antigua mascota del mundial de fútbol es una naranja, digan lo que digan. No es un monigote con forma de naranja ni un garabato con forma de naranja; tampoco es un dibujo animado con forma de naranja. La antigua mascota es una naranja, siempre lo ha sido y siempre lo será. Es cierto que durante un tiempo fue media naranja: me refiero a los años posteriores a la operación, cuando le extirparon la otra media. Pero ha llovido mucho desde entonces; ahora vuelve a ser una naranja completa, y lo es desde que encontró a su nueva media naranja. Una media naranja mecánica, pero naranja al fin y al cabo. Digan lo que digan.
Siempre es mejor encontrar a tu naranja que a tu media naranja. La experiencia es más completa
ResponderEliminarUn beso
Y si las naranjas de referencia ya estaban enteras en el árbol, qué necesidad había de cortarlas por la mitad, para después andar por ahí, errantes, buscando -¡otra vez! la otra media: Desde luego...
ResponderEliminarUna naranja es una naranja, hasta la hora del desayuno.
ResponderEliminarAlís, Miguel: El problema con las naranjas enteras es que tienen menos puntos de contacto.
ResponderEliminarRamón: Cierto.