Aunque la princesa volvía a pasar unas noches muy agitadas, la causa esta vez era muy diferente: se había comprado un juguete que sus padres jamás aprobarían; pero esto a ella no le preocupaba, ya que lo tenía bien escondido bajo una montaña de colchones.
jajajajajajjjajajajaj! Acabo de descubrir tu blog y de momento has conseguido hacerme reír un buen rato!!!!!!!!!!!!!! enhorabuena por tu ingenio, continuaré visitándote!
ResponderEliminarGracias, Janil.
ResponderEliminar