A los pasajeros del siglo XXIII les gusta apoyarse en la proa, con los brazos abiertos, y gritar: “¡Soy el rey del mundoooo!” Aunque la mayoría no lo sabe, el origen de esta pintoresca costumbre tiene que ver con una película de finales del siglo XX.
Luego pasa lo que pasa. Y es que, con tanta gente haciendo el idiota en la proa, es normal que nadie viera el iceberg.
Lo mejor son los créditos.
ResponderEliminary... quienes estaban en popa?
ResponderEliminarClaudia: Te creo.
ResponderEliminarGuri: El resto del pasaje, haciendo contrapeso.