sábado, 6 de septiembre de 2008

219. El sudario II

Por fin, Penélope encontró a la persona que destejía su sudario por las noches.

Era Teseo, que aún no había superado lo de Ariadna.

—¡Pobre infeliz! —exclamó Penélope—. ¡Se paró tu reloj infantil!

6 comentarios:

  1. ¡claro que puede! no olvides que Teseo me abandonó en Naxos... pues ahora que sufra

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  2. Aviso: el comentario de Ariadna contiene SPOILER. O espóiler.

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  3. Por cierto, se me ha olvidado decir que parte de este cuento no habría sido posible sin la inestimable y desinteresada (además de involuntaria) colaboración de Joan Manuel Serrat.

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