—¿Qué tal has comido? —preguntó el Marqués de Carabás.—Me he puesto las botas —contestó el Gato.—Ya, pero ¿qué tal has comido?
Pobre Gato, quizás no comio porque no tenia botas o quizás era sordo o quizás el marquez estaba alucinando o quizás estoy escribiendo tontera y media.Buen blog.
Gracias, Paola.Un saludo.
Creo que el Marquez tenía miedo de que el Gato siguiera con hambre, recuerda qué le pasó al Ogro. Me gustaron los minicuentos que leí hasta ahora, Al. Un gusto.
Al Ogro le dieron gato por liebre, ¿no?Me alegro de que te hayan gustado, Ana Laura. Un saludo.
Pobre Gato, quizás no comio porque no tenia botas o quizás era sordo o quizás el marquez estaba alucinando o quizás estoy escribiendo tontera y media.
ResponderEliminarBuen blog.
Gracias, Paola.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que el Marquez tenía miedo de que el Gato siguiera con hambre, recuerda qué le pasó al Ogro.
ResponderEliminarMe gustaron los minicuentos que leí hasta ahora, Al. Un gusto.
Al Ogro le dieron gato por liebre, ¿no?
ResponderEliminarMe alegro de que te hayan gustado, Ana Laura. Un saludo.