—Se negaba a abandonar el zulo de 10 metros cuadrados en el que había estado tanto tiempo secuestrado. —¿Síndrome de Estocolmo? —No, nada de eso. Es que su piso era más pequeño.
Pues claro, que de tonto no tenîa un pelo, si ya se habîa montao allî el tinglao que no vengan a fastidiarlo ahora con tener que ir a recoger sus cosas y mandarlo para Estocolmo. Faltarîa màs. Un beso al locuelo de mi Al.
Pues claro, que de tonto no tenîa un pelo, si ya se habîa montao allî el tinglao que no vengan a fastidiarlo ahora con tener que ir a recoger sus cosas y mandarlo para Estocolmo. Faltarîa màs.
ResponderEliminarUn beso al locuelo de mi Al.
jejeje es humor, no?? jejejje Amigo como siempre un placer visitarte (no tan seguido como quiera, pero voy fatal d tiempo).
ResponderEliminarTE dejo un relajante abrazo y un besote.
Beatriz
Buenísimo.Ahora mismo encargo encargo un secuestro exprés.
ResponderEliminarPerdonadme el chiste fácil, pero cuando le desalojaron del zulo no paraba de renegar: "¡Estoselcolmo!"
ResponderEliminarY además, tenía que pagar hipoteca!
ResponderEliminar