El alcaide de la cárcel donde encierran a los alcaldes corruptos es un hombre honesto. Sólo tiene una debilidad: le gusta observar el comportamiento de los reclusos como un entomólogo observa el comportamiento de los insectos. Y no un entomólogo cualquiera, sino un entomólogo tremendamente apasionado por su trabajo.
El alcaide es un hombre honesto y no sabe que está en la cárcel por enchufe.
¡Ja ja! Muy lúcido
ResponderEliminarUn beso
Su honestidad al fin y al cabo se sostenía en pilares oscuros.
ResponderEliminarUn saludo indio