La abuelita tampoco había leído a Borges. En cambio, sí conocía el cuento de la Caperucita.Pero lo había olvidado.
Maldito Alzheimer. Con lo que podría cambiar el cuento.Un saludo, Al.
Maldito Alzheimer. Con lo que podría cambiar el cuento.
ResponderEliminarUn saludo, Al.