lunes, 7 de diciembre de 2009

676. Antipepito Grillo

Pinocho aprendió a mentir gracias al espejo de la madrastra, que de algún modo había ido a parar al taller de Gepetto.

—Miente, miente, miente… —le instigaba el espejo.

Momentos después, una nariz de madera lo atravesó (como Alicia, pero a lo bestia).

5 comentarios:

  1. Cualquier espejo es inquietante (habría mucho que hablar de ellos); pero los hay que te tocan las narices...Entiendo a Pinocho.

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  2. Es que se equivocó de país... Estos navegadores de ahora, ainsss¡¡¡¡¡

    Besos, Al.

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  3. Buenisimo! El espejo recibió su merecido.

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  4. Qué gran imagen, la de la nariz de Pinocho atravesando el espejo.

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  5. Miguel: Totalmente de acuerdo.

    Eva: Es que era un espejo sin GPS.

    Martín: Gracias.

    Saroide: Bienvenida. :-)

    Ya puestos, os pongo en antecedentes.

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