lunes, 21 de diciembre de 2009

690. La contraseña

—Cuando diga una palabra que sólo yo conozco, despertarás.

Un instante después, el hipnotizador cae fulminado. Vamos, que se muere.

8 comentarios:

  1. Me pareció un buen texto, pero se desinfla en la última frase.

    Brillante la idea.

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  2. Sí, yo también lo hubiera terminado cuando cae fulminado el hipnotizador.

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  3. Pos claro, cuanta soberbia, el hipnotizador sólo podía morir por listillo. Guay, pero que muy guay..

    La mosca del 1.017 que te siga inspirando.

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  4. Un hipnotizador jamás se muere, solo se entrega a un juego final eterno donde ustedes los mortales son las marionetas rotas por la vida.

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  5. por cuestiones espacio.temporales (es que espacio y tiempo es lo mismo, me dijo un amigo físico -también de presencia- el otro día) me paso por aquí de pascuas en ramos, pero vaya si lo disfrtuto

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  6. por cuestiones espacio.temporales (es que espacio y tiempo es lo mismo, me dijo un amigo físico -también de presencia- el otro día) me paso por aquí de pascuas en ramos, pero vaya si lo disfrtuto

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  7. Me parece buena la idea, aunque creo haberla leído antes en algún otro lugar, quizás algún texto de Andrés Neuman, no sé. Y coincido con Daniel y Pablo: el final podría ser más directo.

    Un saludo.

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  8. Los hay que no están echos para oir palabras tan serias

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