El niño que camina sobre el agua del mar no sabe nadar, ni falta que le hace. Tampoco sabe bucear; al menos, no de la forma ortodoxa: tiene que ponerse a cuatro patas y agachar la cabeza hasta sumergirla.
El problema de caminar sobre el mar es que éste presenta una superficie muy inestable. Es como andar sobre un colchón hinchable, y eso cuando no hay olas.
El niño no sabe nadar, pero a veces hace como que nada. Sobre todo cuando está meando.
grande el niño que camina sobre el agua del mar
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