Los ángeles juegan en casa, pero los demonios son mucho mejores: en el Infierno tienen pocas distracciones, aparte del fútbol y las calçotades. Los ángeles hacen más teatro.
El público local abuchea a Lucifer, el ángel que se pasó al equipo contrario. Le gritan Judas, y cosas peores. Entre las cosas peores está el lanzamiento de arpas al terreno de juego. A pesar de todo, los demonios ganan por goleada.
Los jugadores intercambian sus camisetas. Un ángel se equivoca y se queda sin alas.
Estos microrrelatos que trayan de política son difíciles de catalogar. Demasiado sexuales.
ResponderEliminarbien rematado al final.
ResponderEliminarAdivín: ¿…?
ResponderEliminarDaniel: Tiene gracia, porque he suprimido la última frase. Parece que voy aprendiendo de críticas anteriores. ;-)
En vez de trayan debes de leer tratan y es un comentario un poco irónico, pero el microrrelato me ha gustado.
ResponderEliminar¿Quién era el árbitro?, ¿Dios?
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