El conductor suicida es un fantasma, luego no puede ser suicida.
Que digo yo: ¿por qué no se les llama conductores homicidas, sean fantasmas o no? Al llamarlos suicidas parece que demos más valor a su condición de víctimas de sí mismos, cuando lo que debería primar es ese sí mismos. No sé si me explico.
Debo decir que la idea es brillante. Me quedó un poco cojo el texto no sé le hubiera dado un poco más de narración.
ResponderEliminarPero, me dejó muy buen sabor de boca.
Respecto a lo del libro que voy mandar a bubok, estoy dejandoselo ver a un profesor de literatura, amigo mío. De momento, creo que será suficiente. De todos modos, gracias por el ofrecimiento.
Opino igual que Daniel, le faltó un poco de entendimiento, se que es tu estilo pero sería agradable más fácil seguir lo que dices, que sea más fluido. Te sigo leyendo
ResponderEliminarTienes troda la razón. Te explicas perfectamente y pronto.
ResponderEliminarBesos.
Me parece que la idea es clarísima, es mas bien una reflexión sociológica y no necesariamente un cuento. Por eso la estilística da lo mismo.
ResponderEliminarLa conclusión es muy cierta. Saludos.
Con claridad meridiana !)
ResponderEliminarTampoco es que, en virtud de las normas de tráfico, pueda llamársele legítimamente "conductor", ergo habrá que rebautizarle completamente.
Daniel: Gracias a ti. Suerte.
ResponderEliminarRompecabezas: Tomo nota.
Meigo, Valentín: Gracias.
(!): Inductor, tal vez. O autoinductor.
Super.El final está como para que lo entienda Dios,pero ésto lo hace aún mejor.
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