La sangre manaba a borbotones, y el toro seguía ensañándose.Perseo se volvió hacia los artífices de la broma y, entre estertores, les dijo:—Me parece que ya nunca más volveréis a confundirme con Teseo.
ay, ojalá pudiese hacer algo parecido con todos los que me llamana adriana... :)
Y Asrianza. ;-)
Jejejjeje, es el problema de los nombres griegos, que todos acaban pareciendo el mismo y se confunden.Un saludo, Al.
ay, ojalá pudiese hacer algo parecido con todos los que me llamana adriana... :)
ResponderEliminarY Asrianza. ;-)
ResponderEliminarJejejjeje, es el problema de los nombres griegos, que todos acaban pareciendo el mismo y se confunden.
ResponderEliminarUn saludo, Al.