—Fíjate: nosotros aquí, atracando un banco de esperma; y el presidente del Banco Mundial, con un tomate en el calcetín.
—¿Adónde quieres llegar?
—Nosotros jamás nos pondríamos en la cabeza una media agujereada.
—Claro que no. Somos más listos.
—Ahí es donde quería llegar.
Se nota, se nota
ResponderEliminarjajajaja
Un beso
De tomates y chorizos va la cosa
ResponderEliminarHablando de chorizos, Anneliese, alguien ha robado los botones para dejar comentarios en tu blog.
ResponderEliminar