El parabrisas no para brisas: deja que se deslicen sobre su superficie lunar mientras les brinda un suave masaje. En ocasiones les regala un chorro de agua con limpiacristales, detalle que las brisas agradecen con un suspiro de placer. Es entonces cuando, celoso y posesivo, hace su brusca aparición el limpiaparabrisas.
Y como siempre, le dirá "pero...lo hice por tí..."
ResponderEliminarBonita historia, Al, aunque siempre hay alguien que no entiende lo que es amar y lo estropea...
ResponderEliminarUn beso