En su lecho de muerte, al anciano le asalta un pensamiento inesperado:
“¿Me pusieron Pulgarcito por mi tamaño o por el tamaño de mi pulgar?”
Incapaz de morir con la duda, Pulgarcito se incorpora, se viste y comienza la última y más emocionante de sus aventuras.
lunes, 22 de febrero de 2010
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3 comentarios:
Será cuestión de tener siempre alguna duda pendiente...
Un abrazo
Es una duda razonable, sufieciente para salir exculpado de su muerte.
Muy, muy, bueno.
Era por el tamaño de...(lo descubrió más tarde)
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