El arquitecto se lava las manos.
—A mí la señora me encargó una casita de chocolate en primera línea de bosque, y eso hice. ¿Cómo iba a adivinar que la quería para eso?
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5 comentarios:
Estupendo, me encantó.
Un abrazo
Felicidades!!
¡Gracias!
y si...! él hizo su trabajo! ;)
Genial!!
Si los arquitectos tuvieras que hacerse responsables del uso que se hace a sus construcciones... ufff, qué miedo.
Beso
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