El camaleón quiere ser como uno de esos gallos portugueses que cambian de color en función del tiempo. De este modo la gente le prestará más atención.
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El País Semanal, nº 1.600, 27 de mayo de 2007
6 comentarios:
Está claro. No se trata de tener un talento, sino de saber venderlo.
(Ya me puedo ir a dormir)
Beso
Buena reflexión para dormir tranquila. Saludos.
Paradójicamente su mimetismo les hace transparentes. Así, tratándose de personas, son fácilmente reconocibles.
Alís: Buenas noches (o días, ya no sé).
Isabel: Una reflexión reflectante, en el caso de los camaleones.
Miguel: Son como los príncipes incoloros.
Aquí tenemos un cantito q dice:
"El camaleón mamá, el camaleón, cambia de colores según la ocasión..."
Estamos rodeados de camaleones...¿ó nó?
Abrazos!
En efecto, estamos rodeados, pero no se esconden de nosotros, sino de ellos mismos.
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