martes, 7 de julio de 2009

523. El imitador

Imitaba a todo el mundo. Artistas, ministros, toreros, payasos, aristócratas, deportistas, futurólogos, taxistas, estanqueros, prostitutas, sacerdotes, policías, dentistas, recaudadores… Los imitaba a todos y a todas horas. Bueno, a todos no. Había una persona a la que no era capaz de imitar: él mismo. No sabía imitarse a sí mismo porque no tenía un gesto (un deje, una muletilla, un tic) propio.

El otro día me pidió que dejara de imitarlo. Se lo pide a todo el mundo.

5 comentarios:

(!) hombre perplejo dijo...

Has descrito a buena parte de los "cómicos" nacionales.

Jesús Moguel dijo...

que forma tan brillante de decir lo ordinario.
Saludos desde méxico

LA ZARZAMORA dijo...

Qué me imite a mî!!!
Pîdeselo.
Besos

Alberto Ramos dijo...

(!): Ése es el primer paso para imitarlos. O no.

Jesús: Gracias. Y bienvenido.

Zarzamora: ¿Y cómo te puede imitar? ¿Llorando a todas horas por los rincones? ;-)

Víctor dijo...

El microcuento me gustó, pero me reí más con tu respuesta al comentario de Eva.

Saludos lelos a los dos!!!