Dios desaparece por un tiempo. De este modo puede pecar sin que nadie se entere.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los últimos días de Clark K.
Finalista del
Premio Bubok 2009
A la memoria de los elefantes
AUGUSTO MONTERROSO, “El dinosaurio”
Obras completas (y otros cuentos)
JAVIER MARÍAS, “O que yo pueda asesinar un día en mi alma”
El País Semanal, nº 1.600, 27 de mayo de 2007
8 comentarios:
Y puede hacerlo tranquilo, que ya tiene a la Iglesia que lo defenderá.
(Aunque el Dios de tu relato me parece tierno)
Beso
La Iglesia tampoco se entera.
Ah, las ventajas de ser el jefe.
¿Quien pudiera?
Los seres humanos también nos permitimos de vez en cuando jugar a ser Dios. No sé que tal le va a Dios hacerse humano. A nosotros imitarle nos convierte en imbéciles.
bueno... en lo más profundo de cada uno de nosotros también tenemos ese Dios.. que es el que no ha de desaparecer...
Siempre un placer pasar a visitarte!!
Recibe un relajante y cálido abrazo para tu ser.
Beatriz
de esto no me cabe duda.
Valentín: Hoy en día cualquiera puede. Sólo es cuestión de proponérselo, y apuntarse a un curso de Dios Para Principiantes.
Ramón: Sobre todo si no nos hemos apuntado a ese curso.
Beatriz: Dios te oiga.
Mem: Totalmente de acuerdo.
Caíste en el lugar común de las religiones que antropomorfizan a Dios,y lo convierten en un Señor Administrador;no será acaso,planteo,que Dios más bien es una fuerza cósmica productora de toda clase de vida,que ahí queda libre para evolucionar,o no,sin que Dios esté de eterno árbitro.
Y que siendo un ser tan superior no necesite que lo asista ningún culto.
Publicar un comentario