Por un lado, están los partidarios de construir campos de golf. A su favor está el hecho de que ya tienen colocados los hoyos y las banderas; además, la gente que puede permitirse un viaje a la Luna pertenece a un estatus social proclive a este deporte. En su contra está que hay que regarlos mucho.
Por otro lado, están los partidarios de construir canchas de baloncesto. La reducida gravedad redunda en una mayor espectacularidad. Aunque todo resulta más lento, pero ¿quién tiene prisa? Además, es más fácil insertar publicidad en mitad de una jugada.
lunes, 23 de noviembre de 2009
662. En la Luna
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2 comentarios:
Si es en la Luna de Valencia, cualquier operación inmobiliaria es posible. Y más si se trata de campos de golf (¿se escribe así, o se ha fugado una vocal?).
Por cierto, Al, el viernes publicas el 666. Ando haciendo cábalas, impaciente y expectante: ¿Habrá aquelarre?
Miguel, he decidido que no habrá aquelarre. No me gustaría invocar a alguno de esos fantasmas especuladores que mencionas.
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