Marta se quedó sin regalo. Como era secreto, no apareció el culpable. No quiso darle importancia, pero a su alrededor todo eran miradas incómodas. La fiesta no remontó y a una hora temprana surgieron las primeras excusas: la canguro, la comida de mañana, el cansancio acumulado… Poco después de la medianoche, Marta se quedó sola.
—¿Qué te ha parecido el regalo?
—¿Qué regalo? —preguntó Marta, justo antes de darse cuenta de que algo no encajaba—. ¿Quién…?
—Yo —respondió el amigo invisible—. Yo soy el regalo.
martes, 29 de diciembre de 2009
698. El regalo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
es de los que mas me han gustado.
muy bien resuelto al final.
buen trabajo.
Tender
Daniel: Gracias. Feliz año.
Zoe: A veces tiendo a tender, o al menos lo pretendo. ;-) Feliz 2010.
Publicar un comentario