El Fénix ha empezado su nueva vida vengándose de quienes lo incineraron en contra de su voluntad. Paradójicamente, este regreso a la acción le ha devuelto la alegría de vivir (lo que, por otra parte, resulta perfectamente compatible con el sentimiento de culpa ocasionado por la venganza).
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1 comentario:
De propina, un cuento de narices.
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