Tres cuartas partes de la población mundial me odian con toda su alma, pero hasta ahora nadie se había tomado la molestia de decírmelo con una tarjeta de San Valentín.
Ha sido todo un detalle, la verdad. Si supiera quién es, me podría enamorar. Estoy seguro.
lunes, 2 de agosto de 2010
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5 comentarios:
A fin de cuentas, un detalle es un detalle...
Un beso
Ah, yo no fui. Lo siento
No cabe duda: el odio genera un sentimiento de atracción irresistible. Es lo más parecido al amor, pero más duradero.
Sin embargo, en lugar de una tarjeta de San Valentín, deberías esperar una por San Federico de todos Losantos(ése que odia tanto)
con palabras de amor todo se vuelve mejor, eh.
Alís: La intención es lo que cuenta.
Miguel: A Losantos se le llevan todos los demonios.
Enrojecerse: Ya te digo.
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