—Ayer me tocó ir al depósito de cadáveres.
—¿Quién…?
—Mi marido.
—Cuánto lo siento.
—Ya, qué le vamos a hacer. A todos nos llega, antes o después.
—Es cierto, pero no deja de ser un golpe.
—Bueno, más que un golpe, fue una puñalada. ¿Te puedes creer que me cobraron ciento cincuenta euros por la grúa? Y eso sin contar la multa.
sábado, 23 de enero de 2010
723. El depósito
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2 comentarios:
he de reconocer que es de los mejores que te he leído.
Muy bueno,
Gracias, Daniel.
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