Está muy cariñoso. Se siente culpable; y no por algo que ha hecho, sino por algo que va a hacer. Todavía no lo sabe, pero lo va a hacer. No comprende la causa de ese remordimiento. Yo sí la comprendo. Él lo nota, y no le hace ninguna gracia. Me odia. Cada vez más. Por eso, porque me odia, lo va a hacer.
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3 comentarios:
No podemos quejarnos porque se veía venir... Estaba claro que iba a ocurrir y, sin embargo, no hicimos nada por evitarlo.
Me suena tan familiar este texto...
Un beso
Hay amores que matan che.
Qué inquietante.
Te sigo, un abrazo.
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