lunes, 24 de mayo de 2010

844. La isla de Wally

Cansado de las multitudes, Wally se ha comprado una isla desierta.

Pero no está desierta.

—Te encontré —exclama el náufrago, justo antes de caer desplomado al lado de su varita de zahorí.

2 comentarios:

Alís dijo...

Qué difícil es escapar de lo que somos ¿verdad?
Envidiable (?) la persistencia del zahorí...

Un beso

Alberto Ramos dijo...

Más que persistencia, yo diría que es inercia.