martes, 20 de julio de 2010

901. Meditabundo II

Nada más llegar a Manhattan, el monje se arrepiente. No tenía que haber tomado una decisión como aquélla de manera tan precipitada. Debía haberla meditado más.

1 comentario:

Alís dijo...

Pues parece que no fue tan mala decisión...
Perfecta ironía.

Un beso