Nos pasamos horas comentando Mulholland Drive, analizándola, deconstruyéndula. Toda la noche así. Y podríamos habernos pasado días, semanas, meses. Pero se me ocurrió decir:
—De todas maneras, no me ha gustado.
No me volvió a dirigir la palabra.
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7 comentarios:
¿Y qué era peor?
Tu relato me hizo recordar esto que leí hace años:
Cantiga de amigo (y de escarnio o maldizer):
-Antes era mi amigo y ahora...
pero qué hijo de puta.
pero qué hijo de puta.
Sorry ;)
Un beso
Extremista tu amigo,aunque ciertamente es difícil comprender porqué a alguien no le guste "Mulholland drive",tanto la calle como la película,digo Lynch es capaz de poner al espectador en trance.Pero bueno,las relaciones humanas y los gustos tienen tantas variantes.
a mi esa pelicula me encanto. entendi lo que quise, pero asi y todo, sus misterios y enigmas y oscuras personajes lograron entrar en mi.
Jajaja! A mí me ha pasado más de una vez... Lynch suele propiciar ese tipo de situaciones (además de grandes dosis de tedio - o éxtasis místico, según los gustos). Otro es Haneke, pero eso es otro tema...
De todos modos, si uno se bancó todo ese tiempo frente a la pantalla, por lo menos se ha ganado derecho a "deconstruirla" a placer sin riesgo a perder una amistad... ;)
Alís: Jaja. :-D La cantiga me ha hecho recordar esto.
Carlos, Sigfrido, Juan: Hay que reconocerle una cosa a Lynch: consiguió que el piloto de una serie (reciclado en película) tuviera más interpretaciones que todas las temporadas de Lost.
me he reído con esta anécdota. Enhorabuena por la idea y el blog. Te sigo leyendo.
Gracias, Victor.
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