Cansado de las multitudes, Wally se ha comprado una isla desierta.
Pero no está desierta.
—Te encontré —exclama el náufrago, justo antes de caer desplomado al lado de su varita de zahorí.
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El País Semanal, nº 1.600, 27 de mayo de 2007
2 comentarios:
Qué difícil es escapar de lo que somos ¿verdad?
Envidiable (?) la persistencia del zahorí...
Un beso
Más que persistencia, yo diría que es inercia.
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