Don Agustín viaja a Tokio para protagonizar un anuncio de paellas enlatadas. En el hotel (un hotel ultramoderno que da lugar a más de una situación cómica) conoce a una jovencita despendolada de Teruel. La chica ha venido con su marido, un músico yeyé que se encuentra de gira con un espectáculo de versiones de Labordeta.
Este argumento minimalista es la excusa perfecta para mostrarnos la soledad en medio de la multitud, el choque cultural y generacional, y los jamones de la moza.
viernes, 2 de julio de 2010
883. La ciudad no es para mí: Episodio 2
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Es curiosa la querencia que los japoneses tienen por lo español... (paella enlatada y Labordeta).
Cualquier historia da para hablar de algo profundo si se cuenta bien. Pero claro, en eso precisamente reside el arte
Un beso
un día en la vida de dan brown, te entiendo.
¿Y los lomos? ¿Qué me dice de los lomos?
Alís: La querencia por Labordeta es universal.
Tierra de Prosperidad: Jaja.
JJ: Que también están para fotografiarlos (con una Lomo).
Publicar un comentario