Yo antes comía ratones. Yo y mucha gente. Para algunos no era más que una moda. Tal vez tuvieran razón, pero era una moda que había irrumpido con fuerza en los hábitos alimenticios de la sociedad. De hecho, la dieta del ratón tenía más predicamento que el pollo a l’ast de los domingos.
Entonces llegó V. Ya sabes: aquella serie en la que unos extraterrestres invadían la Tierra. Unos extraterrestres que, casualmente, comían ratones. Escribo casualmente en cursiva porque no creo que aquello tuviera nada de casual. Es más: estoy convencido de que la serie fue concebida como un instrumento de propaganda contra los comedores de ratones. Les funcionó.
De repente, nadie comía ratones. Nadie había comido ratones. Pregúntale a quien quieras. Nadie reconocerá que alguna vez comió ratones.
viernes, 30 de enero de 2009
365. Cuando comíamos ratones
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2 comentarios:
Ja Ja! muy bueno lo tuyo!! irrefutable.
Casualmente, esta mañana me he arrepentido de no usar el verbo "refutar".
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