miércoles, 31 de diciembre de 2008

335. La determinación de Frigias

Los tres querían cruzar la laguna Estigia. Pero Frigias se mostró inflexible. Después del incidente de los escorpiones, había tomado la firme determinación de no admitir más de un pasajero por viaje.

La pregunta era: ¿a quién pasaba primero? ¿Al lobo? ¿A la oveja? ¿O a la col?

Si cruzaba primero al lobo, la oveja aprovecharía para comerse a la col. Si cruzaba a la col, el lobo se comería a la oveja. Entonces, cruzaría a la oveja. Luego, regresaría a por el lobo. Y, cuando lo hubiera cruzado, volvería a traer a la oveja. Entonces se llevaría a la col y, por último, regresaría a por la oveja. Vale, eso haría.

Cuando volvió de su primer viaje con la oveja, el lobo se había comido a la col.

Una de dos: o era una oveja con piel de lobo o el lobo se había liado.

martes, 30 de diciembre de 2008

334. Adicción

El detective examinó el libro. Era un ejemplar bastante gastado de Madame Bovary.

—Otro adicto a la heroína.

lunes, 29 de diciembre de 2008

333. El forastero

Llegó a las cuatro de la tarde. La calle estaba atestada de polvo y de gente. Lo estaban esperando. De hecho, ya le tenían preparado un duelo. El otro no tuvo tiempo de desenfundar. Todos aplaudieron. Las chicas del saloon le entregaron un ramo de flores. El sheriff le dio la enhorabuena.

Era el forastero un millón.

domingo, 28 de diciembre de 2008

332. Ricitos de Oro

Ricitos de Oro encontró la cabaña vacía. O eso creía.

Los tres osos también habían instalado una panic room.

sábado, 27 de diciembre de 2008

331. Contar ovejas

Una oveja, dos ovejas, tres ovejas, cuatro ovejas, cinco ovejas, seis ovejas, siete ovejas, ocho ovejas, nueve ovejas, diez ovejas, once ovejas, doce ovejas, trece ovejas, catorce ovejas, un lobo, trece ovejas, doce ovejas, once ovejas…

viernes, 26 de diciembre de 2008

330. Viaje al futuro

—¿Ya hemos llegado?
—No, aún faltan cuatro mil ochocientos cuarenta y siete años.
—Entonces, hemos avanzado… ¿dos?
—Sí.
—¿Y por qué has parado?
—Es que cada dos años el coche tiene que pasar la ITV.

jueves, 25 de diciembre de 2008

329. Donde hay nieve todo el año

El muñeco de nieve había desaparecido.

—¿Dónde está? —preguntó la niña.
—Se ha ido —respondió su padre—. Se ha ido al país donde hay nieve todo el año.
—¿Por qué?
—Porque si se hubiera quedado aquí, habría acabado derritiéndose.


El muñeco de nieve sobrevivió al deshielo. Pero su nueva vida era mucho más aburrida.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

328. El curioso incidente del zapato a medianoche

El príncipe recogió el zapato. Tallado en cristal, era una delicada obra de orfebrería.

Cuando dieron las doce se convirtió en una vulgar zapatilla.

martes, 23 de diciembre de 2008

327. La princesa y el guisante

La princesa le dio un beso al guisante.

El guisante se convirtió en un príncipe.

El príncipe era un gigante.

El gigante era verde.

lunes, 22 de diciembre de 2008

326. Un regalo para el rey Midas

Un granjero le quería regalar una gallina al rey Midas. No era una gallina cualquiera: era una gallina que ponía huevos de oro.

—¿Y para qué la quiere? —le preguntó un amigo—. Él ya puede tener todo el oro que se le antoje.
—Sí, pero esta gallina le puede dar algo más.
—¿Ah, sí? ¿El qué?
—Empatía.

domingo, 21 de diciembre de 2008

viernes, 19 de diciembre de 2008

323. Sodoma

Cuando Lot miró atrás vio a Medusa. Los dioses no se pusieron de acuerdo: unos querían convertirlo en sal; otros, en piedra. El resto es historia conocida.

jueves, 18 de diciembre de 2008

322. Salón del Suicidio

El primer Salón del Suicidio se clausuró ayer con un éxito apabullante de asistencia. Según los organizadores, más de ciento cincuenta mil personas acudieron al Palacio de Salones. Nunca antes se había visto en el recinto un público tan variado: enfermos terminales, maltratadores, kamikazes, enamorados…

Ante la pregunta de si piensan repetir el año próximo, el director del Salón se mostró tajante:

—Desde luego. Ha sido todo un éxito, así que calculo que el año que viene vendrán quinientas personas. Incluso menos.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

martes, 16 de diciembre de 2008

320. La versión del guisante

Pues tampoco es fácil dormir con todos esos colchones encima. Por no hablar de la niña, que no para de moverse.

lunes, 15 de diciembre de 2008

319. Pulpo

El pulpo también probó suerte con la gaita, pero él lo que de verdad quería era ser malabarista. Practicó incansablemente. Sin embargo, cada vez que intentaba despegar las bolas de las ventosas, se enredaba más y más.

Al final, hubo que llamar a Alejandro.

–Uf, menudo entuertos.

domingo, 14 de diciembre de 2008

318. La roca

La bola de nieve se hace más y más grande. Sepulta un pueblo. No hay supervivientes. El país clama venganza. Sísifo muere lapidado.

sábado, 13 de diciembre de 2008

317. Previo a la ruptura

—¿Para qué separarnos? ¿Por qué no podemos estar siempre juntos?
—Porque no. Necesito mi espacio.
—¿Qué pasa? ¿Ya no me quieres?
—Sí, pero… ¿Es que no te das cuenta? ¡Somos hermanos!
—¿Y…? ¿Quién lo va a saber? Si apenas nos parecemos…
—Somos hermanos siameses.

viernes, 12 de diciembre de 2008

316. La mano

—Hoy me han leído la mano.
—¿Y qué te han dicho?
—Que no vuelva a hacer trampas en los exámenes.

jueves, 11 de diciembre de 2008

315. Cadena perpetua

Estoy condenado a cadena perpetua. Lo cual no sería tan grave, si no fuera un fantasma con toda la muerte por delante.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

314. Realidad virtual

—Ayer me bajé un juego de realidad virtual que es la hostia. Te introduces en una habitación del siglo pasado, años 80 (más o menos). Hay un ordenador antiguo, de aquellos que funcionaban con casetes.
—¿Con qué?
—Casetes. Eran… Bueno, es igual. El caso es que puse un juego: Total eclipse, o algo así.
—¿Y qué tal?
—No lo sé. No se cargó bien.

martes, 9 de diciembre de 2008

lunes, 8 de diciembre de 2008

312. Calamar

Para tocar la gaita hace falta coordinación, y el calamar la tiene. Además, ha demostrado talento, sobre todo en los directos. De todas maneras, no te recomiendo que te sitúes en las primeras filas. Y menos con esa camisa blanca.

domingo, 7 de diciembre de 2008

311. No estoy loco

Estoy a punto de tirar el coco podrido a la basura. Del fondo del cubo aparece un gato. No es un gato, pero se parece a Don Gato. Me enseña su guante de béisbol, como esperando que le lance el coco. Bajo la tapa y me voy al centro comercial.

Había unas motosierras en oferta.

sábado, 6 de diciembre de 2008

310. Espermicidio

Un espermatozoide se zambulle en una piscina de mozzarella. Carrera contrarreloj por la supervivencia de la especie. El objetivo es imposible, pero todos necesitamos una meta. Aunque el espermatozoide ya sólo puede aspirar a una ramita de perejil sobre su tumba.

El minutero tiene la última palabra.

viernes, 5 de diciembre de 2008

309. Preguntas que se lleva el viento

—¿Qué es más peligroso? ¿Ver gigantes donde hay molinos o ver molinos donde hay gigantes?
—¿Por qué me lo preguntas? Yo sólo soy un soplo de viento.

jueves, 4 de diciembre de 2008

308. La mirilla

A través de la mirilla veo una puerta; frente a la puerta, de espaldas a mí, hay un hombre. Debe de estar mirando por la mirilla. Aunque no le veo la cara, me resulta extrañamente familiar. De hecho, se parece a mí. Incluso podría ser yo mismo.

Se me ocurre que puede haber oculta una cámara a mi espalda. Pero estamos en el siglo XIX, de modo que ha de tratarse de otra cosa. Un juego de espejos, tal vez.

El hombre se da la vuelta. Me mira. Es yo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

307. Póstit

Esta mañana se ha cortado al afeitarse. Rápidamente, ha arrancado un pedacito de papel higiénico y se lo ha puesto sobre la herida. Un circulito granate lo ha traspasado. Como no soporta la visión de la sangre, encima del pedacito teñido de granate se ha colocado un póstit.

A media tarde, el póstit en la cara ya está de moda. Hombres, mujeres y niños: todos lo llevan. Es una moda hortera, pero al llegar a casa descubre que él también ha sucumbido a ella. No recuerda haber sido el primero en ponerse un póstit en la cara. Tampoco recuerda por qué se lo puso.

Es el problema de los póstits en blanco.

martes, 2 de diciembre de 2008

306. El sombrero

Ayer fui al teatro. Delante mío se había sentado una señora con un sombrero. Era uno de esos sombreros que parecen una mezcla de centro floral, puesto de frutas y retrato de Arcimboldo después de una paliza. Era un sombrero bonito, pero me tapaba la visión del escenario; incómoda situación que me obligó a preguntarle a la señora si tenía la amabilidad de quitárselo. Ella no sólo tuvo la amabilidad de quitárselo, sino que además me pidió disculpas. Por favor, le dije yo.

La obra estuvo bien, pero me gustó más el sombrero.

lunes, 1 de diciembre de 2008

305. La gallina de los dientes de oro

La gallina escupía dientes de oro, a razón de uno por día. Esto no le venía nada mal al Ratoncito Pérez, que tenía muchos hijos y ex esposas que alimentar. Sin embargo, éstas y aquéllos eran insaciables. Además, el Ratoncito no era de los que se conforman, precisamente. Un día, se propuso descubrir el mecanismo de la gallina. Lo encontró, y ahora se ha convertido en el Ratoncito Midas. Tiene todo el oro que quiere, y mucho más. Por supuesto, ha abandonado el trabajo.

Por eso, si alguien te dice que el Ratoncito Pérez son los padres, es verdad. Pero no siempre fue así.

domingo, 30 de noviembre de 2008

304. Cirugía plástica

—Dígame qué es lo que no le gusta de su cuerpo, señor Patito Feo.
—Llámeme Cisne.

sábado, 29 de noviembre de 2008

303. Gripe aviar II

El gato también se suicidó. No por la gripe, sino por el trauma que le supuso descubrir que era un pájaro.

viernes, 28 de noviembre de 2008

302. Las olvidadas

La semana pasada me acordé de todas mis vidas anteriores. De pronto, me vinieron a la mente: estaban todas, hasta aquella que terminó segundos después de que un mamut pisoteara mi cuerpecito de bebé. Había miles, y me miraban acusadoras.

jueves, 27 de noviembre de 2008

301. Darse

Perdida toda esperanza, se dio a la bebida. Era una manera como cualquier otra de darse a la fuga.

martes, 25 de noviembre de 2008

299. Insomnio

La princesa de este cuento tampoco consigue dormir. Intenta no pensar en nada, pero es muy difícil. ¿Cómo dejarte arrastrar por el sueño cuando sabes que tu cordón umbilical se encuentra en un hospital de Tucson, Arizona?

domingo, 23 de noviembre de 2008

297. El peso

Hoy en el hipermercado he visto al asesino de mi hermano. Estaba pesando unas frutas. La dependienta tenía la mano en la báscula, haciendo presión para que pesara más. Por unos segundos, he tenido la tentación de decirle que lo estaban timando. Se me ha pasado en seguida, pero ahora me siento culpable.

Siento que he traicionado la memoria de mi hermano.

sábado, 22 de noviembre de 2008

296. En mi pupila tu pupila azul

—No es azul, es negra.
—¿Qué?
—Mi pupila, que es negra. Como todas las pupilas.
—Pero el poema…
—El poema está mal. Lo que es azul es el iris.
—Ya, pero es una licencia poética.
—Pues a mí me parece una licencia patillera.
—Pero si Bécquer lo ha escrito así, es porque…
—¿Bécquer? ¿Qué Bécquer?
—Gustavo Adolfo Bécquer. El autor del poema.
—Ah, pero… ¿no lo has escrito tú?
—No.
—Vaya.

jueves, 20 de noviembre de 2008

294. Gripe aviar

A los primeros síntomas, el murciélago se suicidó. Nadie le había dicho que, a diferencia de los pollos y los patos, los murciélagos son mamíferos.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

293. Las puertas de la discoteca

—No puedes entrar.
—¿Por qué no? Ese tío también lleva botas y le has dejado.
—Ya, pero él no es un gato.

martes, 18 de noviembre de 2008

292. El emprendedor II

Los vecinos esperaron. Sabían que en cualquier momento el negocio se iría al garete. Un elefante que montaba una cacharrería era como un puerco espín que abría una fábrica de preservativos. La cosa no podía acabar bien.

Pero pasaron los días, las semanas y los meses. Y había pasado un año, y la cacharrería seguía funcionando. Y funcionando bien.


Cansados de esperar, los vecinos entraron en la cacharrería con palos de golf.

lunes, 17 de noviembre de 2008

291. El emprendedor

Me dijeron que estaba loco. Que era una empresa disparatada. ¿Cómo lo llamaron? Un suicidio… un suicidio empresarial. Eso me lo dijo aquel tipo, aquel que había estudiado en la ESADE. ¿O era el IESE? Bueno, no sé; la escuela del Opus. Pero todo el mundo opinaba igual. Algunos no se atrevían a decírmelo directamente, pero se les veía en los ojos. No creían en mí. Nadie creía en mí. Sólo yo. Entendía sus reservas, pero no las compartía. Yo tenía un proyecto. Un sueño. Tenía un sueño y lo llevé a la práctica.

Ahora puedo decir con orgullo que he montado una cacharrería. Y no es una cacharrería cualquiera. Es la primera cacharrería montada por un elefante.

domingo, 16 de noviembre de 2008

sábado, 15 de noviembre de 2008

viernes, 14 de noviembre de 2008

288. El círculo de los escorpiones

Mil quinientos escorpiones querían cruzar la laguna Estigia. Pero Frigias, el barquero, se reservaba el derecho de admisión.

—No, que me picáis.
—¿Picarte? ¿Por qué íbamos a picarte? —dijo el portavoz de los arácnidos—. No sería muy inteligente por nuestra parte.

Frigias no era de los que se dejaban convencer fácilmente.

—Y yo ¿por qué habría de creeros?
—Porque te damos nuestra palabra.

Aunque el barquero no acababa de fiarse, se dijo que un poco de emoción no le iba a venir mal. Últimamente no había mucho movimiento por allí. Sobre todo desde que estuvo el italiano aquel. Ya habían pasado unos cuantos siglos, pero el libro seguía vendiéndose. Frigias se maldecía por haberlo llevado en su barca. Pero claro… ¿cómo iba a saber que pretendía ofrecer una imagen tan negativa del Infierno?

—Venga, vale… Pero no os mováis mucho.


Como castigo por haber picado al barquero, los mil quinientos escorpiones fueron deportados al Círculo de Fuego. Allí se suicidan continuamente, hasta el fin de los tiempos.

jueves, 13 de noviembre de 2008

287. Dibujos animados

Vuelven a poner Los ewoks, la serie favorita de mi hermano. Han pasado veinte años, pero aún me acuerdo de cómo la odiaba. Es que era una serie para niños. A mí la que me gustaba era Los droids. Mi hermano también la veía, porque la veía yo. Pero no le gustaba ni una centésima parte de lo que le gustaba Los ewoks. Las dos series las pasaban en sábados alternos: un sábado daban una; el sábado siguiente, la otra.


Lo buscaron por todas partes. En el parque, en el economato, en la calle de los abuelos, en el barrio donde los viernes ponían el mercadillo, hasta en el colegio. Lo buscaron por toda la ciudad.


Vuelven a poner Los ewoks. Han pasado veinte años, pero aún me acuerdo de cómo le gustaba. Se sentaba delante de la tele y, antes de que empezara la serie, ya estaba cantando: Somos los e-e-e-e-eeeeewoks, en el bosque nos encontrarás.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

286. El Círculo

Hoy han vuelto a venir. Les he dicho que no estabas. Me han preguntado cuándo volverías. Les he contestado que no lo sé. Me han preguntado si a la noche. Les he dicho que nos dejaran en paz. Que no queremos saber nada de ellos. Han insistido. Yo les he amenazado con llamar a la policía. Entonces se han reído, y han dicho que ellos no hacen nada ilegal. Les he pedido que se fueran.

Al final, se han ido. Pero me han dejado un catálogo.

martes, 11 de noviembre de 2008

285. La Caperucita Roja (versión española sin subtítulos)

Caperucita es roja. La abuela fue anarquista. El lobo está con el maquis. El leñador (que no aparecía en el cuento de Perrault) es un guardia civil.

Es la historia de siempre.

lunes, 10 de noviembre de 2008

284. El Día de los Desenamorados

Es el día en el que los desenamorados se dan cita para devolverse los regalos que se hicieron por San Valentín. A diferencia de otras fiestas de marcado carácter consumista, el Día de los Desenamorados tiene como objetivo principal propiciar el diálogo entre personas. Y, quién sabe, a lo mejor algunas de ellas se vuelven a enamorar y, en el próximo San Valentín, retoman la sana costumbre de hacerse regalos.

domingo, 9 de noviembre de 2008

283. SMS a SS.MM. los Reyes Magos

Kiero 1 x cn gta s andrs i 1 hrmno pra jgar al provltion sccer i q mis pdrs s dvrcn xq asi n mi cmple tndre l dble d rgals. Fco hdez. Bcn

sábado, 8 de noviembre de 2008

282. Porteros

La Liga de Fútbol Profesional ha aprobado por unanimidad la norma que permite jugar a los porteros automáticos, siempre que sean comunitarios.

viernes, 7 de noviembre de 2008

281. Atari pirata

El videojuego Pacman, el popular “comecocos”, ha sido retirado del mercado. Todo empezó hace cosa de un mes, cuando la Asociación Esotérica Los Mimbrales manifestó su malestar por la imagen estereotipada que el juego da de los fantasmas.

jueves, 6 de noviembre de 2008

280. Canción del pirata

Con cien compactos por manta, la plaza se había convertido en una auténtica feria del disco. Y eso a pesar de las protestas de la Sociedad General de Autores de Mantas.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

279. La hormiga

La hormiga ha enviado a unos sicarios a la casa del tercer cerdito. Han pasado casi dos años y aún no le ha devuelto el préstamo. Y toda paciencia tiene un límite. Hasta la suya.

Los sicarios se han encontrado la casa vacía.

—Habrá salido —dice el primer sicario.
—Sí, esperaremos —dice el segundo sicario.

Entretanto, en la panic room se han acabado las provisiones.

—¿Quién ha sido? —pregunta el tercer cerdito.
—A mí no me mires —dice el segundo cerdito.
—Ha sido la cigarra —dice el primer cerdito.
—Por cierto, ¿dónde se ha metido? —pregunta el tercer cerdito.

martes, 4 de noviembre de 2008

278. La cigarra

La cigarra tiene un plan para expulsar a los tres cerditos. Es un plan secreto, y me ha pedido que no os lo cuente.

lunes, 3 de noviembre de 2008

277. El pijama

Me he comprado un pijama de franela a cuadros escoceses. Es precioso, y no me lo quito ni para salir a la calle.

Soy consciente de las miradas de la gente, pero no me importa. Sé que si persevero se acabará poniendo de moda.

Entonces, cuando todo el mundo lleve el mismo pijama de franela a cuadros escoceses, me lo quitaré.

domingo, 2 de noviembre de 2008

276. El miedo: La película

El director de cine se despertó con un sobresalto.

Hacía tiempo que se había marchado Calíope, tanto tiempo que ya casi había olvidado su verdadero nombre. Sin embargo, no estaba solo.

Lo supo a pesar de la total oscuridad y el absoluto silencio.

Al cabo de una breve eternidad, encendió la luz de la mesilla.

A su lado, sobre las sábanas, estaba el rollo de película virgen.

sábado, 1 de noviembre de 2008

275. La adivinanza

—Oro parece, plata no es; quien no lo adivine, bien tonto es —dijo el bufón.
—Oro —dijo el rey Midas.

viernes, 31 de octubre de 2008

jueves, 30 de octubre de 2008

273. Paradoja de los elefantes

Los elefantes también beben para olvidar. Pero es tanta su memoria que ni estando trompas consiguen quitársela de encima.

miércoles, 29 de octubre de 2008

272. El tercer cerdito III

Ha pasado un año y el lobo no ha vuelto. En cambio, los hermanos del tercer cerdito no se van ni a la de tres. Cada vez que intenta sacar el tema, siempre con indirectas, le salen con que el lobo puede venir de un momento a otro.

—A lo mejor ya está dentro —dice el segundo cerdito.
—¡Eso! —salta el primer cerdito—. Como en aquella película… ¿Cómo se llamaba? ¿El inquilino impreciso?
—No, El residente inexacto.

El tercer cerdito está a punto de replicar, cuando oyen un ruido procedente del cuarto de baño.

—Es él —susurra el primer cerdito.

Es un ruido monótono, chirriante.

—No es él —dice el tercer cerdito—. Es la okupa de la cigarra.

martes, 28 de octubre de 2008

271. Ahorcado en vivo

Sólo puedo cometer diez fallos. Si cometo once, soy hombre muerto. Pero no debo preocuparme. No voy mal. Llevo cinco. Ya han construido la horca y están colocando la soga. Pero no pasa nada. Aún quedan la cabeza, el tronco, los brazos y las piernas. Y yo ya tengo tres vocales y cuatro consonantes. Casi la tengo. ¡La uve! Sí, la uve… ¿No? Mierda. Bueno, es igual. ¿Qué? No entiendo. ¿Por qué viene el verdugo con un hacha? Que alguien me lo explique.

lunes, 27 de octubre de 2008

270. Instrucciones para devolver un teléfono fijo

Para devolver un teléfono fijo, lo primero que debe hacer es buscar una bolsa con asas. Cuando la tenga, ábrala e introduzca en ella el aparato. A continuación, diríjase a las oficinas de la compañía telefónica. Están situadas en el centro de la ciudad, lo cual está bien, porque no tiene pérdida. Es probable que haya otras, pero si usted vive en un pueblo, no se moleste en preguntar: mejor diríjase al centro de la ciudad. Puede ir en autobús, tren o vehículo propio. Si dispone de un vehículo propio distinto a una motocicleta, hágase a la idea de que va a tener que depositarlo en un aparcamiento de pago. De todas maneras, le recomiendo utilizar el tren. Le dejará cerca de la puerta de las oficinas de la compañía telefónica. Le sugiero que vaya por la mañana, cuanto más pronto mejor. Una vez allí, diríjase a una especie de púlpito, donde hay un empleado extrayendo tiques. Dígale que usted viene a devolver un teléfono fijo. El empleado le expenderá un tique. Observe que tiene una letra, la B, y un número. Si mira a su alrededor, acabará descubriendo, en el centro de la sala, una especie de marcador que pende del techo. Si alguna vez ha visitado un supermercado, rápidamente asociará este marcador con las colas de la carnicería. Tiene cuatro pantallas, una por cada punto cardinal. En cada una de ellas hay una letra, la A o la B, y un número. Si la letra presente en este momento es la A, no le haga caso. Espere un rato a que aparezca la letra B. Si ésta es la letra que hay al principio, entonces no debe esperar (de momento). Fíjese en el número que acompaña a la B. A continuación, résteselo al número que figura en su tique. El guarismo resultante corresponde a la cantidad de personas que van delante de usted. Probablemente, más de treinta. Entonces, ármese. De paciencia, claro. Un consejo: mire en el interior de su monedero y busque un euro. Si lo encuentra, salga de las oficinas de la compañía telefónica. Si le asalta el temor (razonable) a que se le pase el turno, quíteselo de la cabeza: es altamente improbable que tal cosa suceda. Diríjase a un quiosco cercano y compre un diario. No adquiera la película que lo acompaña: le va a salir más caro y, además, supone un peso adicional innecesario. Al finalizar la transacción, puede regresar a las oficinas de la compañía telefónica. No corra. Respete los semáforos. De nuevo dentro, observe el marcador que pende del techo. Si la letra presente en este momento es la A, no le haga caso. Espere un rato a que aparezca la letra B. Si ésta es la letra que hay al principio, entonces no debe esperar (de momento). Fíjese en el número que acompaña a la B. A continuación, résteselo al número que figura en su tique. El guarismo resultante corresponde a la cantidad de personas que van delante de usted. Probablemente, más de treinta. Ahora, busque un asiento libre. Si lo encuentra, siéntese en él. Si no, quédese de pie. En cualquier caso, lea el diario. Empiece por la sección que más le interese. Después de una hora y cuarenta minutos, aproximadamente, deberá interrumpir la lectura y dirigirse al único de los cinco o seis mostradores que corresponde a la letra B de los tiques. Los demás son para la letra A.

Una advertencia: a las 2 de la tarde cierran las oficinas de la compañía telefónica.

domingo, 26 de octubre de 2008

269. Política de urbanismo

—De acuerdo, las aceras están hechas una mierda —reconoce el concejal—. Pero ¿qué me dicen de los edificios? ¿No es preferible tener a los peatones entretenidos con los obstáculos del suelo a tenerlos ocupados tratando de adivinar cuál de los balcones está a punto de desprenderse sobre sus cabezas?

sábado, 25 de octubre de 2008

268. Diálogo de sobremesa (con toda la tontería)

—¿Qué tal has comido? —preguntó el Marqués de Carabás.
—Me he puesto las botas —contestó el Gato.
—Ya, pero ¿qué tal has comido?

viernes, 24 de octubre de 2008

267. Baile de bastones

El ciego no tiene más lazarillo que su propio bastón, el cual le permite reconocer y sortear todos los obstáculos: papeleras, bordillos, mendigos… A veces, cuando se dispone a cruzar la calle, alguien lo coge del brazo; el ciego lo rechaza con firmeza.

—Los murciélagos no necesitan ayuda —dice. Acto seguido, se ríe. La suya es la risa de alguien que desconoce el aspecto de la gente cuando se ríe.

Hoy, el bastón se ha detenido frente a un obstáculo no identificado. Es un objeto sólido, delgado. Y se mueve. Se mueve pero no se aparta. Es cilíndrico, puede que sea largo… Entonces lo reconoce.


Minutos después, los dos ciegos siguen jugando a espadachines.

jueves, 23 de octubre de 2008

266. El niño y la foto

El niño se ha hecho una foto con el futbolista camerunés. Contento, corre a enseñársela a su madre.

La mujer coge la cámara digital.

—¿Quién te la ha hecho?
—Un señor.

La mujer amplía la imagen.

—Está movida. Corre a hacerte otra.

El niño mira la cola. No había visto tanta gente junta desde la Navidad pasada, cuando le entregó la carta al rey Baltasar.

—Hay mucha gente.
—Pues haberlo pensado antes.

La mujer le devuelve la cámara.

—Y no tardes, que no quiero que me cierren el súper.

El niño se pone al final de la cola. Su madre se vuelve a hablar con su amiga.

—Odio el fútbol.

miércoles, 22 de octubre de 2008

265. El miedo II

El novelista ha comprobado que el miedo que siente hacia la hoja en blanco no es extensible a las hojas cuadriculadas.

martes, 21 de octubre de 2008

264. El cartero

El cartero siempre llama dos veces. Aunque no tenga nada para mí, es igual. Llama dos veces, y yo sé que está bien.

lunes, 20 de octubre de 2008

263. Polos opuestos

—Son una pareja singular. Él habla por los codos… La verdad, se nota que es cuentacuentos.
—¿Y ella?
—Cuentagotas.

domingo, 19 de octubre de 2008

262. Yo quiero tener un millón, pero no de amigos

—¿Por qué no echamos una quiniela, a ver si nos hacemos millonarios?
—Yo es que ya soy millonario.
—Ah, vale. Perdona.
—No, no, de perdona nada. El dinero no da la felicidad, pero te convierte en un capullo integral. Por eso no te puedo perdonar.
—Oye, ¿tú eres imbécil?
—Completamente.
—¿Y los demás millonarios?
—Tampoco.

viernes, 17 de octubre de 2008

260. Manifestación

—¡Por un verso libre!

Después de largos años de dictadura métrica, alguien alzaba la voz.

jueves, 16 de octubre de 2008

259. El burro y el órgano

Después de su éxito sonado con la flauta, el burro se atreve con el órgano. Sin embargo, fracasa estrepitosamente.

—Si hubiera nacido onagro, no me habría costado nada componer un palíndromo.

miércoles, 15 de octubre de 2008

258. Vida de santo

Estoy escribiendo mi autobiografía. O, debería decir, mi autohagiografía. Ya sé que no es habitual que los santos escriban acerca de sí mismos, pero considero que mi vida es muy interesante y sería una lástima dejarla en manos de un biógrafo mediocre.

Me falta el último capítulo, que es cuando me asan.

martes, 14 de octubre de 2008

257. Paradoja de los peces

Los peces en el río beben para olvidar. Beben porque han olvidado que tienen muy mala memoria; si no lo hubieran olvidado, no beberían. O tal vez sí.

Es un pez que se muerde la cola.

lunes, 13 de octubre de 2008

256. Peaje

La princesa del cuento se quiere pasar al cine. El trayecto es largo, pero conoce un atajo; aunque deberá pagar el peaje de la televisión, merece la pena.

Cuando sea famosa escribirá una novela.

domingo, 12 de octubre de 2008

255. Plomo

No hace tanto tiempo que jugaba con soldaditos de plomo. Estalló la guerra y se los arrebataron. Ahora están a punto de devolvérselos.

—¡Fuego!

sábado, 11 de octubre de 2008

254. El sueño de la Bella Durmiente

La Bella Durmiente soñó que era una yonqui. Al despertar, no sabía si era una princesa que había soñado que era una yonqui, o si era una yonqui que soñaba que se había pinchado con una aguja.

viernes, 10 de octubre de 2008

253. El tercer cerdito II

Antes o después, el lobo volverá; lo sabe perfectamente. Por eso ha decidido instalarse una panic room: una cámara acorazada para casos de emergencia. Lo ha visto en una película de Jodie Foster. Como es muy cara, le ha pedido un préstamo a la hormiga.

Lo más probable es que no se lo devuelva nunca.

miércoles, 8 de octubre de 2008

lunes, 6 de octubre de 2008

domingo, 5 de octubre de 2008

248. Arte figurativo

Cuentan que alguien, al ver uno de sus retratos, le comentó a Picasso que el modelo no se parecía a su representación. “Ya se parecerá”, contestó el artista.

En eso pensaba el escultor protagonista de esta historia cuando, después de largos meses de arduo trabajo, concluyó su mayor obra.

Era una escultura llena de sensibilidad, un poema de mármol que lograba reflejar con absoluta fidelidad el alma atormentada del artista. Sin embargo, no había reflejado ni de lejos el cuerpo escultural de la modelo. Pero eso no debía importarle: se trataba de una obra cubista, casi abstracta.

No debía importarle pero le importaba. Él había querido hacer una escultura realista. Más cercana a Rodin que a Moore.

—Espera, no te vayas —le dijo a la modelo.

sábado, 4 de octubre de 2008

247. Gepetto

Unos ruidos en el taller despiertan al viejo Gepetto. Al principio los atribuye al gato, pero no tarda en comprender lo erróneo de tal atribución: el gato está durmiendo a sus pies.

El anciano se levanta, procurando no hacer el menor ruido. Está nervioso, no asustado. Conoce demasiadas historias de hadas y duendes para hacerse una idea aproximada de lo que está sucediendo. Aunque, ahora se da cuenta, ni las hadas ni los duendes se caracterizan por ser ruidosos. A no ser que el causante del escándalo sea…

La marioneta tiene los hilos enredados de mala manera.

—Me he liado —dice Alejandro.

viernes, 3 de octubre de 2008

246. Innovación en medios II

Se trata de acercar el arte a la gente de la calle y nuestro mensaje al consumidor. Para ello, llevaremos a cabo una acción inspirada en La nona ora; ya saben: aquella instalación en la que se veía a Juan Pablo II en el suelo, presuntamente abatido por un meteorito.

Situaremos la acción (o inacción) en un paseo concurrido. En lugar del pontífice, pondremos a un actor o modelo vestido de cardenal. Y, en el meteorito, imprimiremos el logo de Contusín Pomada, seguido del eslogan: ELIMINA LOS CARDENALES.

jueves, 2 de octubre de 2008

245. Príncipe Azul en Filadelfia

—Madre…
—Dime, hijo.
—Madre, nos vamos.
—¿Qué has dicho?
—Que nos vamos.
—¡No podemos! Tu padre…
—Padre no nos molestará más.


El príncipe Azul siempre quiso ser cool y fresh como el príncipe de Bel Air. Ésta y no otra fue la razón que lo llevó a abandonar el palacio.

En la actualidad, vive con su madre (la reina) en una de las zonas más humildes y conflictivas de Filadelfia, donde han alquilado una solución habitacional de veinticinco metros cuadrados. El príncipe Azul se pasa todo el día en la calle, jugando a baloncesto y haciendo grafitis en las paredes.

Ahora falta la parte más difícil: encontrar un tío millonario con residencia en Bel Air.

miércoles, 1 de octubre de 2008

244. Peter Pan y circo

—Los síntomas son claros —dijo el psicoanalista—. Usted padece el síndrome de Peter Pan.
—¡No joda! —exclamó Peter Pan.

martes, 30 de septiembre de 2008

243. Silencio

—Otra vez fútbol.
—¿Qué pasa? ¿Te molesta?
—Pues sí, la verdad.
—Pensaba que te gustaba…
—Sí, pero no es eso. Lo que me molesta es que cambies la emisora cuando soy yo quien está conduciendo.
—¿Ah, sí?
—Sí…
—Pues perdone usted. Pon lo que quieras.
—Déjalo. Es igual.
—No es igual.
—¡Sí es igual! Ahora me apetece escuchar el fútbol.
—…
—…
—…
—¿Qué pasa? ¿Por qué no dicen nada?
—Están guardando un minuto de silencio.
—¿Por quién?
—Por el hermano de un jugador. Lo atropelló un camión de bomberos, creo.
—…
—…
—…

Se oye una sirena.

¿¡¡Qué haces!!?

lunes, 29 de septiembre de 2008

242. La sirena

[…] y en mi pecho yo anhelaba escucharlas.

HOMERO, Odisea

Cuando la sirena entonaba su canto, todos se sentían atraídos sin remedio hacia ella.

Los más precavidos seguían el ejemplo de Odiseo y sus navegantes: unos se ponían tapones en las orejas; otros se hacían atar a un árbol, un poste de la luz o una farola.

Sin embargo, la mayoría acababa bajo las ruedas del camión de bomberos.

domingo, 28 de septiembre de 2008

sábado, 27 de septiembre de 2008

240. La medalla

—Por haber arriesgado tu vida al servicio de la comunidad, este senado te concede la Medalla del Honor y de la Gloria.

El ratón barbicano, colilargo y hociquirromo coge la medalla. Con gran ceremonia, la acerca al pecho del ratón barbilampiño, colicorto y hociquilargo.

Entonces lo ve.

—¿Qué es esto?

viernes, 26 de septiembre de 2008

239. PECAG

—¿Ya has vuelto?
—Sí… ¿De dónde?
—¿De dónde va a ser? De PECAG, claro.
—¿PECAG?
—Ponerle El Cascabel Al Gato.
—Ah… Sí, ya he vuelto.
—Y… ¿cómo ha ido?
—Bien.
—¿Se lo has puesto?
—Sí. Claro.
—¿No ha habido ningún tipo de… de incidencias?
—No.
—O sea: ¿se lo has puesto…, así, sin más?
—De eso se trataba, ¿no?
—…
—…
—Muchacho, no sé si eres consciente, pero te acabas de convertir en un héroe. Tu hazaña será recordada por los meses de los meses.
—Bueno, no creo yo que…
—No seas modesto.

El gato se quita los auriculares. El micrófono funciona perfectamente.

jueves, 25 de septiembre de 2008

238. ¿Por qué en las agencias de publicidad no se hacen series de televisión? II

—¿Cómo ha ido? —pregunta el redactor ojeroso.
—Bien —contesta el ejecutivo de cuentas.
—¿Bien…?
—Muy bien.
—Ah, bien.
—Les ha gustado el animatic.
—¿El de setenta minutos?
—Sí, el de setenta minutos.
—Pero… ¿lo han comprado todo?
—Bueno, todo-todo, no.
—Hay cambios, ¿no?
—Más que cambios… Hay un reajuste presupuestario.
—¿Qué?
—Al final sólo saldrán con la reducción a diez segundos.
—…

miércoles, 24 de septiembre de 2008

237. ¿Por qué en las agencias de publicidad no se hacen series de televisión?

En un despacho. A un lado de la mesa hay un director creativo. En el lado opuesto, un redactor ojeroso.

Durante setenta minutos, aproximadamente, el redactor ojeroso lee el guión que ha escrito para un episodio de Aquí no hay quien viva siete vidas. El director creativo no lo interrumpe ni una sola vez.

Transcurridos los setenta minutos aproximados, el redactor ojeroso levanta la vista del texto.

El director creativo lo mira con cara de pared. Una pared no apta para jugar a pelota vasca.

Después de un minuto largo, el director creativo rompe el silencio.

—¿Qué más?

martes, 23 de septiembre de 2008

236. No me llames Soberano, llámame Magno (otro anacronismo con Alejandro como protagonista)

Alejandro está ocioso. Ya ha conquistado todo lo conquistable y ahora se pasa el tiempo inventando pasatiempos absurdos. También bebe y lee con desmesura.

Una vez concluido su quinto Centenario (Terry), coge el libro que le ha dejado su amigo Sigmund: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Como está en versión original, hay muchas palabras que no conoce. Por ejemplo, entuertos.

—Querrá decir ‘nudo gordiano’.

lunes, 22 de septiembre de 2008

domingo, 21 de septiembre de 2008

234. El sueño de Penélope

A N.O.

Descubre a Alejandro deshaciendo el sudario. Quiere regañarlo, pero tiene un nudo en la garganta.

Alejandro se lo deshace sin desenvainar la espada.

sábado, 20 de septiembre de 2008

233. El sueño de Teseo

Todavía no ha salido del laberinto. Su situación pende, literalmente, de un hilo. Teseo sonríe. No está muy habituado a hacer juegos de palabras, y menos en un sueño.

Se detiene. El hilo tiene un nudo. Le sorprende este descuido por parte de Ariadna. Podría deshacerlo, pero para ello tendría que volver a desenrollarlo. No vale la pena.

De repente, aparece Alejandro con la espada desenvainada.

viernes, 19 de septiembre de 2008

232. Ovejas

—Y las ovejas, ¿qué cuentan las ovejas para dormirse?
—Lo mismo que los lobos.

jueves, 18 de septiembre de 2008

231. Lobos

—Los lobos, por ejemplo. ¿Qué cuentos les cuentan los lobos a sus hijos?

Apuró su vaso de güisqui antes de contestar con voz vidriosa:

—Los mismos que las ovejas.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

230. Nudo gordiano

Alejandro había encontrado una manera de deshacer el nudo.

—Es demasiado embrollado —dijo su jefe de prensa.
—¿Qué?
—Mira, Álex. Estoy seguro de que lo puedes conseguir, pero… ¿cómo lo van a explicar los cronistas? Y, aun suponiendo que sean capaces de describirlo: ¿crees que le va a interesar al público? Háblales de batallas, amoríos, traiciones… pero no les expliques cómo se deshace un nudo. Eso no vende.
—Ya, pero… ¡tengo que deshacerlo!

El jefe de prensa posó sus manos sobre los hombros de Alejandro.

—¿Quieres un consejo? Corta por lo sano.

martes, 16 de septiembre de 2008

229. Gotan City

Gotan es tango de vuelta e ida. Un bumerán lunfardo que vuelve al sur bajo luces de bandoneón, peatonal Lavalle esquina Esmeralda. El hotel se encuentra en la misma manzana donde nació Borges: lo leo en la Lonely Planet. ¿Lo sabían en la agencia?

Una multitud de peatones le da la espalda a la Iglesia Universal del Reino de Dios. Frente a ellos, el televisor de un escaparate encarna los goles parabólicos de Diez Todopoderoso, señor del cielo y de la hierba.

La Catedral es una agencia de publicidad. Museum es un boliche.

Junto al cementerio, en Los Inmortales, cenamos una pizza de nombre parecido a Piazzolla.

Y nos desayunamos a besos dulces de leche como los alfajores que venden en el Triangle de la plaza de Catalunya. Sergio Makaroff los menciona en un artículo. Su hermano Eduardo está en Gotan Project.

lunes, 15 de septiembre de 2008

228. Sinsentido (cuento sin argumento)

¿Qué sentido tiene recordar lo que nunca fuimos? ¿Qué sentido tiene planear lo que nunca haremos?

¿Qué sentido tiene escribir un cuento que nadie leerá porque nunca lo habremos escrito?

domingo, 14 de septiembre de 2008

227. Resaca del domingo mañana

Ya nadie se acuerda de Tony Manero. Ya nadie se acuerda de Vincent Vega. Ya nadie se acuerda de la cienciología.

Ya nadie se acuerda de que travolta (como alzheimer) era un apellido.

sábado, 13 de septiembre de 2008

226. Replicante replicado

Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como el Diluvio Universal en una lágrima de Dios.

viernes, 12 de septiembre de 2008

225. Más difícil todavía

—Yo he escrito un libro con mil diecisiete cuentos.
—Pues yo he traducido los juegos de palabras de muchos (demasiados) de esos cuentos.
—No lo dirás por el onagro.
—Mira, tío, no me lo recuerdes.

jueves, 11 de septiembre de 2008

224. Diálogo esdrújulo (y estúpido)

—Son las palabras esdrújulas las que me levantan el ánimo. Decir sístole, plátano, incógnita, automático, metástasis, Calígula, melancólico, nefrítico, folclórica, energúmeno, apóstata, plácido, sulfúrico, indómito, mística, química, apocalíptico, ático, sótano y diástole varias veces al día me hace sentir eufórico.
—¿Y eso? ¿Te lo ha recetado el médico?
—No, el farmacéutico.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

223. Da Vinci acelerado

Leonardo da Vinci era un hombre adelantado a su tiempo. Tan adelantado que estuvo a punto de escribir la adaptación cinematográfica de El código Da Vinci.

martes, 9 de septiembre de 2008

222. Autobiografía

Odiseo está tan ocioso que ha empezado a escribir su propia biografía en clave de ciencia-ficción. Como la modestia le impide firmar con su propio nombre, se ha inventado un seudónimo: James Joyce.

El título de la obra es Ulises 31.

lunes, 8 de septiembre de 2008

221. No me llames Odiseo, llámame Ulises

—¿Ulises?
—Sí, Ulises. ¿Es que no sabes que el latín es la lengua del futuro?

Odiseo está muy ocioso últimamente.

domingo, 7 de septiembre de 2008

220. Productos lácteos

—La leche es como la energía, que no se destruye: se transforma en queso, en yogur o en cualquier otro producto lácteo. Pero de ahí a decir que la leche es fuente de energía va un buen trecho; porque, del mismo modo que la energía no se destruye, tampoco se crea: luego no puede existir una “fuente de energía”.
—Las fuentes de agua no crean agua, ¿verdad?
—Bueno, ya está bien.

sábado, 6 de septiembre de 2008

219. El sudario II

Por fin, Penélope encontró a la persona que destejía su sudario por las noches.

Era Teseo, que aún no había superado lo de Ariadna.

—¡Pobre infeliz! —exclamó Penélope—. ¡Se paró tu reloj infantil!

viernes, 5 de septiembre de 2008

218. El Chanquete de Avellaneda

—¡Chanquete ha muerto! ¡Chanquete ha muerto! —gritaba Pedro, el pastor de ovejas vaporosas.

Esta vez era verdad.

jueves, 4 de septiembre de 2008

217. Como la espuma

La cerveza se me sube a la cabeza, pero sólo la espuma. La empiezo a regurgirtar; me tapo la boca, y la espuma sale a borbotones por las orejas, la nariz, los ojos. Es un proceso imparable y el servicio de caballeros está ocupado.

Los bomberos hacen bromas a mi costa. Parece que no es la primera vez.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

216. La paja

Aun teniendo el ojo obstruido por una viga, a la cigüeña le resultó mucho más fácil encontrar la paja en el ojo del Espantapájaros.

martes, 2 de septiembre de 2008

215. La aguja

La cigüeña llevaba horas hurgando en las entrañas del Espantapájaros. Pero ni rastro de la aguja.

—Nada. Esto es más difícil que encontrar una aguja en un pajar.

Lo que la cigüeña no dijo es que empezaba a sospechar que todo aquello era psicosomático.

lunes, 1 de septiembre de 2008

214. Regreso al 'Titanic': El regreso

A los pasajeros del siglo XXIII les gusta apoyarse en la proa, con los brazos abiertos, y gritar: “¡Soy el rey del mundoooo!” Aunque la mayoría no lo sabe, el origen de esta pintoresca costumbre tiene que ver con una película de finales del siglo XX.

Luego pasa lo que pasa. Y es que, con tanta gente haciendo el idiota en la proa, es normal que nadie viera el iceberg.

domingo, 31 de agosto de 2008

213. Regreso al 'Titanic'

En el siglo XXIII se han puesto de moda los viajes en el tiempo. Sobre todo al Titanic.

Es en los momentos inmediatamente anteriores al hundimiento cuando la afluencia de pasajeros es mayor. Lógicamente, el precio también es mayor. Sin embargo, no conviene dejarse engañar: junto a los viajeros que se pueden permitir un regreso a su época en el último minuto, también hay gente que sólo tenía dinero para pagar el billete de ida.

sábado, 30 de agosto de 2008

212. Como Terminator III (ciencia-ficción total)

—Aprobado —dice el cliente.

El director creativo no entiende nada. En los años que lleva como responsable de la creatividad de Futuratrix, nunca (hasta ahora) le habían aprobado un guión en la primera presentación. Es más: nunca (hasta ahora) le habían aprobado un guión antes de presentarlo.

A un gesto del cliente, uno de sus ayudantes introduce un deuvedé en el lector de deuvedés.

En la pantalla aparece el spot, rodado, montado y sonorizado. En las versiones de treinta, veinte y diez segundos. Castellano y catalán.

—Nos lo acaban de mandar del futuro —comenta el cliente—. Como veis, ha habido algunos pequeños cambios, pero ya habrá tiempo para hablar de ellos.

viernes, 29 de agosto de 2008

211. Como Terminator II

El excedente de lejía se ha agotado. Sin embargo, en el pasado sigue habiendo una gran demanda. Por eso, el fabricante alemán decide reanudar la producción. Pero ¿de dónde va a sacar la mano de obra? Hace unos años despidió a más de setecientos empleados; podría volverlos a contratar, o buscarse otros, pero la sola idea le produce urticaria (la gripe del siglo XXIII). Además, no quiere volver a enfrentarse a los sindicatos: desde que clonaron a Marx se han vuelto muy intratables.

Al final, adopta la mejor solución posible: abrir una fábrica de replicantes en el siglo XVIII.

jueves, 28 de agosto de 2008

210. Como Terminator

A quienes tenemos un pasado

Futuratrix llega puntual: dos segundos después de que se produzca el accidente. Por supuesto, podía haber llegado a tiempo para evitarlo; pero entonces, ¿qué gracia tendría?


En el siglo XXIII la gente no se mancha la ropa. Ni los manteles, ni las cortinas, ni las alfombras. Usan una clase de tejido que repele todo tipo de sustancias y, además, tiene manga ancha para conectarse a la Red (el tejido de tejidos).


Todos los comensales han recibido lo suyo. Si no ha sido una camisa ha sido una falda o, si no, un pantalón. Por no hablar del mantel. Y es que las manchas de vino se quitan muy mal: eso lo sabe todo el mundo. Lo que no sabe nadie es de dónde ha salido esa chica sexy y extravagante.


En el siglo XXIII la lejía ha quedado completamente obsoleta. Pero eso lo sabemos ahora. (Dos años atrás, la obsolescencia de la lejía sólo existía en las novelículas de ciencia-ficción.) Un fabricante alemán hizo mal los cálculos y aún le queda mucho producto en stock. Ahora ha decidido mandar a una cyborg al pasado para que promocione su lejía entre las amas de casa españolas.

miércoles, 27 de agosto de 2008

209. El lobo y Pedro (versión sideral)

Pedro fue abducido y tuvo que comenzar una nueva vida en Ganímedes de Abajo. Tras desempeñar varios oficios (como minero sideral, deshollinador de volcanes y conejillo de andrómedas, entre otros), acabó dedicándose a lo que mejor sabía hacer: cuidar ovejas. Ovejas vaporosas, pero ovejas, al fin y al cabo.

Un día que estaba mortalmente aburrido, Pedro gritó aquello de:

—¡Que viene el lobo deletéreo!

martes, 26 de agosto de 2008

lunes, 25 de agosto de 2008

207. El lobo y Pedro

Después de gritar en tantas ocasiones que viene el lobo, que viene el lobo, ya no debe de quedar nadie en el pueblo que se trague esa bola. El problema es que esta vez es verdad: el lobo se dirige decidido hacia el rebaño. Pedro no sabe qué hacer: podría probar suerte; quizás aún quede alguna persona confiada en el pueblo.

El lobo está ya muy cerca de las ovejas periféricas. Realmente, a estas alturas no le va a creer ni el tonto Simón. Pero tiene que tomar una decisión rápida. Y la toma:

—¡Que vienen los extraterrestres!

domingo, 24 de agosto de 2008

206. Especular

Odiseo está ocioso. Su creatividad ya no está orientada a proporcionarle la victoria o la supervivencia. Ahora está orientada a pasar el rato. Por ejemplo, lleva dos horas dándole vueltas a otra manera de acabar con Medusa. El recurso del escudo reflectante está muy bien, y se puede mantener; pero, si él hubiera estado en la piel de Perseo, le habría arrancado un ojo (siempre mirándola a través del reflejo en el escudo). En realidad, no le habría arrancado un ojo: solamente habría tirado de él hasta hacerlo saltar de su órbita, pero sin arrancarlo del nervio óptico. (Nota mental: saltar de un puente atado a una cuerda; podría ser un pasatiempo interesante para gente ociosa como él.) Entonces, habría dirigido el ojo hacia el rostro de la Gorgona, a ver qué pasaba. De todas formas, esta acción requiere una pericia que Odiseo no posee. Además, Medusa está muerta.

Odiseo está ocioso.

sábado, 23 de agosto de 2008

205. En ningún sitio como en Kansas

Cuando Dorothy despertó, el Hombre de Hojalata, el Espantapájaros y el León todavía estaban allí.

viernes, 22 de agosto de 2008

204. Anuario

A V.F.

En los institutos españoles de educación secundaria no suele haber bailes de graduación ni anuarios ni ninguna de estas milongas a las que nos tiene acostumbrados el cine estadounidense. Sin embargo, no debería sorprendernos que, al igual que ha sucedido con la fiesta de Halloween y otras tradiciones anglosajonas, los bailes de graduación, los anuarios y demás milongas acaben imponiéndose en nuestro país. Por eso, desde nuestro partido proponemos y, de paso, exigimos, que el Gobierno plantee y promueva y, si es preciso, imponga una reforma en la Ley de Educación para que los bailes de graduación, los anuarios y todas estas milongas queden expresamente prohibidas en los institutos de educación secundaria de toda España. Al margen de las consideraciones seudopatrióticas que pudiera sugerir nuestra afinidad política con formaciones más manifiestamente folclóricas, la causa de esta propuesta no es otra que evitar, atajándola de raíz, cualquier Masacre del Baile de Graduación o Cadena de Crímenes de la Fiesta de Reencuentro, cometidas invariablemente por el alumno o ex alumno al que nadie sabía qué cojones escribirle en el apartado de firmas del consabido anuario.

jueves, 21 de agosto de 2008

203. Partido benéfico

Toreros contra periodistas. El portero de los periodistas retransmite el partido. Unos altavoces difunden la retransmisión para todo el estadio. El partido está reñido. Tres a tres. Falta menos de un minuto para el final.

El locutor hace un comentario basado en un juego de palabras de origen taurino. Los periodistas se detienen, maravillados ante la inventiva de su guardameta. Algunos aplauden. El portero alza una mano. El gesto también es de origen taurino. Los toreros aprovechan la relajación de sus contrincantes para marcar su cuarto gol. Después de noventa minutos de locuacidad incesante, el portero se ha quedado mudo.

El público, en cambio, parece haber recuperado la voz. Ahora se oyen. Ahora se harán oír. Todos a una, piden las dos orejas y el rabo.

miércoles, 20 de agosto de 2008

202. El book

Está cansado. Cansado de amores de madre, de vanessas y macarenas en letras góticas mayúsculas, de navajas y corazones y calaveras y dragones. Después de ocho años, ha llegado el momento de moverse. Con su experiencia, no le será difícil encontrar trabajo. O sí. Porque (ahí afuera) el mundo ha cambiado. Ahora buscan sobre todo originalidad. Y él no ha hecho otra cosa que amores de madre, que vanessas y macarenas en letras góticas mayúsculas, que navajas y corazones y calaveras y dragones. Después de ocho años, debe empezar de cero. Debe prepararse un book. Pero un book con piezas originales. Desempolvará su carpeta con sus dibujos y saldrá a la calle. Aunque eso no basta. El book en sí también debe ser original. Pero ¿cómo? Tal vez… En lugar de las típicas fotos, puede poner los tatuajes originales (en todos los sentidos). Un book con páginas de piel. Sí, ¿por qué no?

Empezará esta misma noche.

martes, 19 de agosto de 2008

201. Los inocentes

En el amanecer del 28 de diciembre, la Rambla de Catalunya está casi vacía. Sólo hay una mujer joven, esperando innecesariamente a que el semáforo de peatones le dé vía libre. Se enciende el hombrecito verde, pero la joven no se mueve. Cae desplomada al suelo. Pegado a su espalda hay un monigote de papel blanco.


Algo más tarde. Un detective introduce un monigote de papel blanco en una bolsita plana de plástico transparente. Frente a él hay una puerta con la silueta esquemática de una figura con pantalones. A sus pies yace el dueño del bar. No hay señales visibles de violencia.


A lo largo de la mañana, en distintos puntos de Barcelona se suceden varias muertes de similares características. Hombres y mujeres de diferente edad, raza y condición. Lo único que tienen en común es la forma súbita de morir. La ausencia de testigos. Y el monigote de papel blanco pegado a la espalda.


En el laboratorio forense, al mediodía. Sobre una mesa hay treinta y ocho bolsitas planas de plástico transparente. Cada una de ellas contiene un monigote de papel blanco. Alguien se pregunta cómo puede existir gente así. Cómo pueden hacerle eso, con lo que le había costado conseguir la semana entera de vacaciones.


Hay muchas personas que se han quedado sin vacaciones. Algunas, para siempre. No hay pistas. Tiene que tratarse de una banda organizada. Muy organizada. Posiblemente una secta. El Día de los Inocentes. La matanza de los inocentes. Herodes. Todo eso. No han muerto bebés. Tal vez sea una reacción contra la conmemoración bufa de un episodio monstruoso. Es sólo una conjetura. No hay pistas.


En el laboratorio forense, a las cinco y media de la tarde. Sobre la mesa hay sesenta y cinco bolsitas planas de plástico transparente. Están vacías.


El sol se pone más allá del Llobregat. Las luces de Barcelona se encienden como mecheros en un concierto multitudinario. En lo alto del Tibidabo, hay una hilera formada por un millón de monigotes de papel blanco. Aunque sopla un viento fuerte, se mantienen firmes como soldados de un ejército altamente disciplinado.

lunes, 18 de agosto de 2008

200. Golpe en la Pequeña China

Cuando golpeaba su mejilla izquierda con la palma de mi mano derecha, ella gritaba:

—¡Mi hija!

Cuando golpeaba su mejilla derecha con el dorso de mi mano derecha, ella gritaba:

—¡Mi hermana!

Era un curioso reflejo de características pavlovianas cuyo origen me resultaba desconocido.

En cierta ocasión, se me ocurrió introducir una ligera variante: la golpeé de las dos formas (derecho y revés) de manera seguida.

—¡Tu puta madre! —gritó al tiempo que me propinaba un puñetazo en la maltrecha nariz.

domingo, 17 de agosto de 2008

199. La dieta IV

La mascota de los neumáticos ha vuelto a engordar.

—No lo entiendo, porque casi no como.

Sea cual sea la causa, lo cierto es que empezó a ganar peso el día en que la dejó el gigante de los guisantes.

Aquel mismo día, por cierto, se compró una bomba para hinchar ruedas.

sábado, 16 de agosto de 2008

198. Vacaciones en Obtuso II

Sigo dándole vueltas. Se me acaba de ocurrir que tal vez los gamusinos no existen. Ni los pasodobles ni la canción del negro que tenía no sé qué. Ni siquiera Obtuso. Quizás todo esto no sea más que un sueño remoto. O quizás ni eso. Puede que sean recuerdos prefabricados. Archivos de memoria artificial importados al disco duro de un replicante.

viernes, 15 de agosto de 2008

197. La dieta III

A la mascota no le ha hecho ninguna gracia que la empresa de neumáticos siga explotando su antigua imagen de gordura aerofágica. Y ha llegado a efectuar unas duras declaraciones al respecto, pero no ha tardado en retractarse:

—No he debido escupir en la mano que me da de comer. Aunque ahora coma bastante menos.

jueves, 14 de agosto de 2008

196. Tantas cosas que no te dije

Hay tantas cosas que no te dije. Ahora ya es tarde. Si pudiera volver atrás…, pero no: ése es un ejercicio mental absurdo y doloroso. Además, si pudiera volver atrás, volvería a hacer lo mismo. Son tantas y tantas las cosas que no te dije. Pero es que no tenía tiempo. Nos pasábamos el día follando.

miércoles, 13 de agosto de 2008

195. La dieta II

La mascota ha adelgazado tanto que está irreconocible. Además, se le ha agriado el carácter. Ahora no le gusta que le recuerden su antigua gordura neumática. Por eso ha demandado a la RAE.

martes, 12 de agosto de 2008

194. ¿Por qué me rugen las tripas?

Me están recordando que vengo de las cavernas. Su rugido reproduce el del felino de dientes de sable o como quiera que se llame esa fiera que olvidé hace tiempo. Esa fiera que cazaba para satisfacer una necesidad tan básica como es el alimento, antes de empezar el lento ascenso por la pirámide de las necesidades de un tal Maslow.

lunes, 11 de agosto de 2008

domingo, 10 de agosto de 2008

192. La dieta

La popular mascota de una empresa de neumáticos se ha puesto a dieta. En la puerta de su nevera ha colocado una fotocopia del diccionario de la RAE: es la página donde figura la palabra michelín.

sábado, 9 de agosto de 2008

191. Mensaje de Dios

Dios es mi personaje de ficción favorito.

HOMER J. SIMPSON

Dios ha intentado enviarme un mensaje. Pesaba mucho y le ha rebotado.

viernes, 8 de agosto de 2008

190. Vacaciones en Obtuso

Tengo un recuerdo vago, impreciso, de las largas tardes sin siesta, las noches de sueño interrumpido por culpa del bingo al aire libre y los pasodobles y una canción de alguien que le preguntaba a su madre sobre algo que tenía un negro y no sabía lo que era, y los madrugones forzosos por culpa de los disparos de los cazadores de gamusinos. Fue hace mucho tiempo y, aparte de lo dicho, sólo recuerdo que el lugar se llamaba Obtuso. Pero no estoy seguro de que se escriba así. Ni siquiera sé si Obtuso es un pueblo, un barrio o un planeta.

miércoles, 6 de agosto de 2008

188. Selección nacional

Reconozcámoslo: nuestros jugadores son el hazmerreír del mundial, pero… ¡qué bien cantan el himno nacional los jodidos!

martes, 5 de agosto de 2008

lunes, 4 de agosto de 2008

186. Un anuncio de seguros

A E.P.

Una mujer y un hombre hacen el amor en una cama de matrimonio.

Se oye el ruido de un coche aparcando en un terreno de grava.

La mujer y el hombre se separan, como impelidos por un resorte.

El hombre se levanta. Sigilosamente, se acerca a la ventana. Se asoma con precaución.

—¿Es un todoterreno negro? —pregunta la mujer, con un nudo en la garganta.
—No.

La mujer deja escapar un suspiro de alivio.

El hombre vuelve a la cama. Le tiemblan las piernas.

Segundos después, la mujer y el hombre están haciendo el amor de nuevo. Entretanto, oímos una voz en off:

—Si durante unos días no puedes disponer de tu coche, en Summerthur te dejamos otro.

domingo, 3 de agosto de 2008

185. El hombre rana II

Un estudio con murciélagos machos ha demostrado que la capacidad cerebral de estos animales es inversamente proporcional al tamaño de sus testículos.

El pene del calamar gigante mide dos metros y medio.

—Eso lo explica todo —reflexiona el Doctor Octopus.

sábado, 2 de agosto de 2008

184. Insectos

Odio los insectos: las moscas, los mosquitos, las hormigas, las cucarachas, las abejas, las avispas, las pulgas, las polillas, las chinches, las mariposas, los saltamontes, los tábanos, los escarabajos, las luciérnagas, las mariquitas, las cigarras, los grillos, las libélulas, los piojos, las ladillas… También odiaba las arañas, hasta que alguien me dijo que no son insectos.

viernes, 1 de agosto de 2008

183. León

El León ya no le tiene miedo a nada. Ahora practica todo tipo de deportes de riesgo; y cuanto mayor sea el riesgo, mejor.

El otro día se fue a hacer puenting, pero calculó mal: la cola era demasiado corta.

jueves, 31 de julio de 2008

182. Espantapájaros

El Espantapájaros le ha cogido el gusto a eso de los diplomas. Ya tiene siete diplomaturas, cuatro licenciaturas y un máster. Sin embargo, aún le falta la licencia de controlador aéreo.

miércoles, 30 de julio de 2008

181. Hombre de Hojalata

Al Hombre de Hojalata aún le cuesta abrir su corazón. Sus amigos lo han convencido para que vaya a un establecimiento de piercings, donde le harán un abrefácil.

martes, 29 de julio de 2008

180. Yogures

No puedo evitarlo. Cuando llego al sitio de los yogures, me estreso. Hay yogures para el estreñimiento, para el colesterol, para el calcio, para la acidez de estómago, para la memoria, para la halitosis, para dejar de fumar, para la menopausia, para el mal de ojo, para la resaca, para la timidez, para la conjuntivitis, para la claustrofobia, para el priapismo, para la agorafobia, para el desamor, para no dar positivo en las pruebas de alcoholemia, para la insoportable levedad del ser, para el miedo a la muerte y para el postre.

Me pregunto dónde habrán puesto los yogures para el estrés.

lunes, 28 de julio de 2008

179. Antropofagia

Los caníbales se habían conocido a través de un foro gastronómico. Se comieron mutuamente y no dejaron ni los huesos.

domingo, 27 de julio de 2008

sábado, 26 de julio de 2008

177. Orlando Bloom

Había un futbolista llamado Orlando Bloom Gutiérrez Ballesteros; el nombre se lo había puesto su madre en honor de un actor o un músico, no recuerdo. El chico llegó a jugar en un equipo importante: el Osasuna, o uno de ésos. Aunque había otros mejores, él era el más popular entre las chicas.

Por aquella época nació un niño al que bautizaron como Orlando Bloom Gutiérrez Ballesteros. Se trata, como habrás imaginado, del célebre Orlando Bloom Gutiérrez Ballesteros Gallego Azcárate.

viernes, 25 de julio de 2008

176. Ático

El señor Garrido pulsa el 7. La jovencita pulsa el 1. El señor Garrido no entiende cómo es posible que una chica tan joven y aparentemente sana coja el ascensor por un solo piso.

Las puertas están a punto de cerrarse, cuando entra un mensajero con un paquete. Mira el panel de botones. Mira la dirección del paquete. Vuelve a mirar los botones. Contrariado, se vuelve a la chica.

—Voy al ático, pero aquí no hay ático.

La chica se encoge de hombros. El señor Garrido pulsa el 8.

—Es el último piso —le dice al mensajero, que lo mira desconfiado.

El ascensor se detiene en el piso 718.

jueves, 24 de julio de 2008

175. El Día de los Culpables

El lugar elegido es un paso de cebra sin semáforo. Se detiene un coche. El peatón no se mueve. El conductor insiste, pero el hombre no parece dispuesto a cruzar la calle. El coche arranca.

Otro coche se acerca a toda velocidad. A un metro del paso de cebra, resulta evidente que no piensa parar. El peatón da un paso. El coche frena. Demasiado tarde.

La conductora sale, maldiciendo entre dientes.

—¿Se encuentra bien?

Es una pregunta retórica, puro formulismo: salta a la vista que no se encuentra bien. Por eso, sorprende tanto la reacción del peatón.

—¡Culpable, culpable! —exclama entre risas.

La mujer se queda parada. Segundos más tarde, ella también se ríe.

—Hacía años que no me gastaban una culpablada.

miércoles, 23 de julio de 2008

174. Perseo vs. Medusa

Dicen que Perseo pudo cortarle la cabeza a Medusa porque no la miró directamente, sino al reflejo de ella en su escudo. Es cierto, pero la idea no fue suya. Tampoco de Atenea. La idea la tuvo Narciso, que quiso practicar y se lio.

martes, 22 de julio de 2008

173. La princesa y su juguete

Aunque la princesa volvía a pasar unas noches muy agitadas, la causa esta vez era muy diferente: se había comprado un juguete que sus padres jamás aprobarían; pero esto a ella no le preocupaba, ya que lo tenía bien escondido bajo una montaña de colchones.

lunes, 21 de julio de 2008

172. Cuarenta días y cuarenta noches

En tiempos de Noé no existía el Gran Hermano. De lo contrario, no le habría costado nada prever que tantas parejas encerradas tenían que matar el tiempo de alguna forma.

domingo, 20 de julio de 2008

171. El sastrecillo reincidente

Cansado de matar moscas, el sastrecillo empezó a matar duendes. Era mucho más divertido, pero poco rentable.

sábado, 19 de julio de 2008

170. El hombre rana

El calamar gigante depositó el cadáver del hombre rana a los pies del supervillano.

—Calamar, calamar…, no has entendido nada —murmuró el Doctor Octopus.

viernes, 18 de julio de 2008

169. Con Botas

La publicación del primer tomo de las memorias del Gato con Botas ha llegado envuelta en polémica. Aparte de destapar las intimidades de diversas gatas de la corte, Con Botas hace una revelación que traerá cola: “El Marqués de Carabás no es marqués ni es de Carabás.”

jueves, 17 de julio de 2008

168. Dos veces

—¿Cuál es el animal que es dos veces animal?
—El Hombre Araña —contestó el gato.

miércoles, 16 de julio de 2008

167. El sastrecillo valiente

Había matado siete moscas de un solo golpe. Como no era algo que sucediera todos los días, se le ocurrió hacerse una camiseta con el texto HE MATADO SIETE MOSCAS DE UN GOLPE.

Ya estaba a punto de ir a la copistería donde imprimían las camisetas, cuando se le ocurrió que podría tener problemas con las organizaciones ecologistas. Y es que, aunque no estaba muy puesto en entomología, sabía que algunos insectos se encontraban en peligro de extinción. Al final, quitó la palabra MOSCAS. Por si las ídem.

martes, 15 de julio de 2008

166. Sonambulismo

El funámbulo sonámbulo camina por la cuerda de tender. Una vecina lo ve, pero sabe que no puede despertarlo. En su lugar, decide llamar a los bomberos.

Les va a decir que traigan palomitas.

lunes, 14 de julio de 2008

165. Domingo por la mañana

El despertador suena a las nueve menos cuarto. No lo entiende. Lo para. Intenta dormir un poco más, pero al final desiste. Se levanta. Entra en el baño. Mea. Va a ducharse, pero se lo piensa mejor. Primero se hará una paja. Vuelve al dormitorio. Abre el armario. Empieza a sacar las revistas, pero cambia de opinión. Primero se preparará un café. Camino de la cocina, se detiene. Hay algo raro, pero no sabe muy bien qué es. Realmente, necesita ese café. Sin embargo, entra en el despacho. Enciende el ordenador. Se sienta. Se conecta a Internet. Se le abre la página de inicio: lesbianascalientes.algo. Se empieza a descargar un vídeo. No se lo ha bajado del todo cuando empieza a masturbarse. Entonces recuerda que hoy es día de elecciones. La simple idea de tener que ir a votar le produce una pereza inmensa. Pero tiene que ir. Es cabeza de lista y tiene que ir. De repente, se da cuenta de que no hace falta. Puede hacerlo por Internet. De hecho, ahora lo recuerda, había decidido votar por Internet. Hasta había convocado a la prensa.

domingo, 13 de julio de 2008

164. El guitarrista de Hamelín

El flautista de Hamelín ha abandonado la flauta por temor a encasillarse. Ahora toca la guitarra eléctrica. No es muy bueno, pero conoce a un tipo que tiene un bar y le permite tocar los miércoles que no hay fútbol.

Hoy ha empezado con una versión bienintencionada de “Confesiones de un comedor de pizza”, de Ariel Rot. El bar está lleno, pero nadie le presta atención. Hasta que llegan las ratas.

sábado, 12 de julio de 2008

163. Cuando menos te lo esperas

Cuando menos te lo esperas, la noche se detiene, el príncipe es asesinado a navajazos en un callejón y las ratas emigran al campo. Los goliardos se emborrachan con Rondel y una nube se posa sobre el campanario. La cigüeña presenta una reclamación al hombre del tiempo y aprovecha para decir que los niños no vienen de París. Además, los reyes son los padres, aunque su hijo acaba de morir.

Papá Noel tiene una coartada.

viernes, 11 de julio de 2008

162. El tercer cerdito

Volvieron a llamar a la puerta.

—¿Quién es? —preguntó el tercer cerdito.
—La cigarra.

jueves, 10 de julio de 2008

161. Canciones de desamor

Le gustan las canciones de desamor porque le recuerdan que nada es eterno. Sabe que el día menos pensado se habrá desvanecido toda la magia. Puede ser dentro de dos años o la semana que viene. Cuando eso ocurra, ya no será capaz de oír canciones de desamor.

Tiene dos opciones: planear el suicidio o comprar discos de King Africa.

miércoles, 9 de julio de 2008

martes, 8 de julio de 2008

159. Universo propio

Obsesionado con la idea de tener un universo literario propio, un buen día decidió imponerse unas restricciones en su modo de vida. A partir de ahora, sólo vería cine iraní, sólo leería poesía china, sólo visitaría exposiciones de arte precolombino. Si iba a la ópera, solamente sería para ver una obra de un autor vivo. No comería nada que no fuera libanés, no fumaría otra cosa que tabaco negro, no bebería nada más que Anís del Mono y Pepsi embotellada. A la playa iría únicamente en invierno. Sólo se acostaría con mujeres pelirrojas, de veinticinco a treinta y cinco años, clase media/media alta. El único deporte que practicaría sería el minigolf; como espectador, sólo vería deportes con red. No compraría el periódico los domingos. Sólo tiraría la basura los meses de treinta y un días. Los días impares viajaría en autobús; los pares, en metro. Si tenía que coger un avión, se sentaría junto a la ventanilla. Sólo compraría discos de pop español sin faltas de ortografía en los títulos de las canciones. No adquiriría videojuegos que hubieran sido demandados por alguna asociación de consumidores. Tampoco consumiría productos que emplearan a algún famoso en sus anuncios. En la lotería, sólo jugaría a números primos. Las encuestas telefónicas siempre las contestaría con preguntas. Solamente daría dinero a los músicos callejeros que hicieran versiones de los Beatles. No votaría a ningún partido cuyo líder tuviera un apellido acabado en consonante. Y, por último, siempre dormiría boca arriba, de seis a siete horas. Si seguía todas estas reglas, su obra sería única, personal e intransferible.

Dos años después se público su primera novela. Toda la crítica estuvo de acuerdo en una cosa: para ser una adaptación de la última película basada en Los tres mosqueteros, no estaba mal del todo.

lunes, 7 de julio de 2008

158. Rebobinando

Exhausto pero feliz, Teseo seguía enrollando la madeja que lo llevaría de vuelta a la entrada del laberinto. Realmente, Ariadna había tenido una idea afortunada; eso lo comprendió después de ver cómo el Minotauro empitonaba su artefacto de navegación vía divina. Le había costado una fortuna, pero no le importaba, porque ya no lo iba a necesitar nunca más. Sus días de viajes y aventuras habían tocado a su fin.

—¿Y Ariadna? —le preguntó a Minos.
—Ha quedado.

domingo, 6 de julio de 2008

157. El sendero de los sueños

Anoche quise soñar contigo. Tú también estabas dormida, pero en el messenger ponía que habías salido a comer.

sábado, 5 de julio de 2008

156. Paralelas

Desde que sueño contigo, sufro un desajuste, como un desfase entre dos historias paralelas. En el sueño somos protagonistas de una saga de películas pornográficas. En la vigilia somos figurantes de la adaptación mojigata de un libro de Jane Austen.

viernes, 4 de julio de 2008

155. De Babel al cielo

Dicen que el 11-S empezó en la Torre de Babel. Bueno, en realidad me lo acabo de inventar, pero seguro que lo dicen.

Yo digo que es una chorrada.

jueves, 3 de julio de 2008

154. El deseo como negación del deseo

A N.L.

Froto la lámpara.

Le sale un genio.

Pido un deseo.

Ella aparece.



Me froto con ella.

Le sale el genio.

Pide un deseo.

Desaparezco.

martes, 1 de julio de 2008

152. Lobo en el desierto

El lobo bebe del sucio charco hasta hartarse. Para ser un oasis, se dice, es bastante deplorable. Pero es lo que hay, y por lo menos ahora se siente más desahogado. Al sonido del gong, la imagen se desvanece. El lobo aúlla de rabia e impotencia, pero es demasiado tarde. La luna ya corre a esconderse y el licántropo retoma su figura humana. Toma carrerilla, se desliza por la empinada duna y, una vez abajo, se hunde. Una especie (mutante) de principio de Arquímedes para cuerpos llenos de arena.

lunes, 30 de junio de 2008

151. Soria Martínez Paco

La modelo Cati Molls ha salido esta mañana de la clínica de desintoxicación.

—La palabra libro ha sido desterrada de mi diccionario —ha declarado a la prensa.

domingo, 29 de junio de 2008

150. Fahrenheit 400 o 500

Con motivo del cuarto o quinto centenario de la primera parte del Quijote, se han organizado quemas de libros en diversos puntos de nuestra geografía. No se ha salvado ni el Tirant, ni la Galatea, ni las dos partes del Quijote.

viernes, 27 de junio de 2008

148. El escribiente florentino

Debido a su delicada salud, el viejo apenas le puede dedicar unos minutos cada noche a su empleo auxiliar como escribiente. Sin embargo, cada mañana se encuentra con decenas de cuartillas rellenadas, como si su ritmo de trabajo no hubiera decrecido drásticamente en los últimos meses. La única explicación posible es que Julio, su hijo, pase las noches haciendo su trabajo; eso también explicaría la falta de sueño y el bajón en las notas del muchacho. Pero el viejo prefiere hacerse el sueco, regañando cruelmente a su hijo como si no supiera nada; eso le duele más que nada en el mundo, pero sabe que si no lo hace su mujer empezará a sospechar. Y también sabe que ella jamás consentiría que Julio dejara de lado los estudios para ayudar a su padre. Lo que no sabe es que las cuartillas las rellenan unos duendes que el chaval ha subcontratado con una ínfima parte del dinero que gana por las noches.

jueves, 26 de junio de 2008

147. Esquirol

Hartos de la sobreexplotación a que estaban sometidos, los duendes convocaron una huelga. No consiguieron gran cosa, y el motivo principal del plante seguía sin resolverse: cada vez que querían fumarse un cigarrillo tenían que salir a la fría estepa, lo cual resultaba especialmente duro para los del turno de noche (cuya jornada duraba seis meses). Sin embargo, animados por la iniciativa, los miembros del sindicato de renos organizaron una huelga de transportes: se trata, por supuesto, de la histórica huelga del 24-D. El único que se opuso fue Rudolph, que acabó reventado.

miércoles, 25 de junio de 2008

146. Juegos florales

No cabe duda: los poemas están dedicados a Mari Carmen. La alusión a sus gestos; la referencia a sus manías íntimas; la descripción, con una precisión cartográfica, de las zonas más recónditas de su anatomía… Por no hablar de los versos acrósticos.

Una cosa es que su mujer le engañe, y otra que lo haga con un poeta tan malo. Y tiene suerte de que firme con seudónimo. La organización tiene prohibido desvelar la identidad de los concursantes antes del fallo. Y después, todas las plicas y obras serán destruidas; salvo la ganadora, por supuesto.

Lo tiene difícil. Debe defender lo indefendible. Sólo así podrá conocer la identidad del infame. Pero ¿cómo? En su vida ha leído nada tan deplorable. Sin embargo, le deben otorgar el premio (el único premio). Es una tarea harto difícil, pero no imposible. Al fin y al cabo, es el presidente del jurado.

martes, 24 de junio de 2008

145. Memoria

Funes, el personaje de un cuento de Borges, tenía una memoria tan prodigiosa que, con tiempo y ganas, podría haber reconstruido la película de su vida fotograma a fotograma.

Gerardo no era Funes (ni yo soy Borges). Su memoria era prodigiosa, sí, pero sólo para los números. Esto no le había supuesto ningún problema; al contrario, no tenía que preocuparse por perder la agenda telefónica.

Una noche, escuchando los resultados del sorteo de los ciegos, Gerardo descubrió que el número ganador lo acababa de ver aquella misma mañana: él iba corriendo para no perder el autobús, y lo había visto sin detenerse, de refilón. Desde aquel día, compró todos los cupones que se encontraba. Por si acaso. No los buscaba, pero cada vez que veía un número (aunque lo hubiese visto durante una décima de segundo, era un número que no iba a olvidar en su vida), se obsesionaba con la idea de que pudiese tocar. Y lo compraba.

Ha pasado un año. Gerardo acaba de estrellar su coche contra una administración de lotería.

sábado, 21 de junio de 2008

viernes, 20 de junio de 2008

143. Smultronstället (Fresas salvajes)

El 26 de diciembre de 2005 se emite el último programa de Qué grande es el cine. José Luis Garci y sus contertulios se despiden de los espectadores con la emisión de Fresas salvajes, de Ingmar Bergman.

El 1 de enero de 2006 entra en vigor la ley que prohíbe fumar en los centros de trabajo.

jueves, 19 de junio de 2008

142. Apuntes para una canción

Expulsé tu nick de mi messenger, eliminé tu link de mi blog, extirpé tu mail de mi lista de contactos y marqué tus mensajes como spam, suprimí todas tus fotos, te borré de la agenda de mi móvil, y ya te había desterrado de mi mente cuando el modo aleatorio del iPod me devolvió aquella canción.

miércoles, 18 de junio de 2008

141. Relato de un sueño

Extendida sobre la arena de la playa, había una toalla gigante. Tenía estampado un plano a escala 1:1 de una iglesia. Empezó a llegar gente. A pesar de encontrarse en la playa, iban vestidos como para una boda. Uno a uno, se fueron colocando sobre los bancos dibujados. Los últimos en aparecer fueron los novios. La ceremonia fue rápida. Al concluir, los novios sostenían un perchero (podía haber sido una sombrilla, pero era un perchero); lo enarbolaban como una lanza a punto de embestir. Cayó un rayo sobre el perchero: de este modo fulminante se iniciaba su viaje de novios a la tierra de los muertos.

Yo me desperté con la errónea sensación de haber soñado un spot argentino.

martes, 17 de junio de 2008

140. Big Brother is watching you*

El otro día me pasaron una dirección de Internet. Es una de no sé qué ministerio, para mirar parcelas vía satélite. Tienen rastreado (o rasterizado o renderizado o como se llame) todo el territorio nacional (o plurinacional o multinacional). Para probarlo, se me ocurrió buscar las tierras de mi padre. Las tierras que, al morir, nos dejó en herencia a mi hermano y a mí. A mí, que hace casi veinte años que no me dejo caer por el pueblo. Tecleé la dirección. Mientras se cargaba la página, me dio por pensar en lo asombroso que era que un satélite fotografiara tu pueblo y tú pudieras verlo cómodamente desde el ordenador de tu casa. Pensé en Orwell, en Borges; en cómo, de alguna manera u otra, habían sabido profetizar lo que nos deparaba el futuro próximo. Cuando me apareció el mapa de España, seleccioné la provincia y el municipio. Y allí estaba: una fotografía aérea de Lepe. Hice zoom, y me acerqué un poco más. Luego otro poco más, hasta ver claramente la casa donde nací. Era increíble. El Aleph en mi pecé. Me desplacé un poco a la derecha. Más zoom. Las tierras de mi padre. Mis tierras, mías y de mi hermano. Mi hermano mayor, que estaba sonriendo a cámara.

* En inglés etc.

domingo, 15 de junio de 2008

138. Diálogo de besugos

A N.L.


—Mira, una lombriz.
—¿Picas?
—Yo es que no pico entre horas.
—Es sólo para matar el gusanillo.
—Pica tú, no te cortes.
—Con tu permiso. Ñam.

Ciiiiiiiiiiiiiiiip.

—¡Pero qué haces, merluzo! ¡Que tienes que guardar la digestión!

sábado, 14 de junio de 2008

137. El abad

A J.C.


El viejo abad está en la cama, postrado. No sabe cuánto le falta: meses, semanas, tal vez horas. Lo que sí sabe es que ya nunca más volverá a levantarse. Le trae sin cuidado. Es un hombre de fe, consciente de que toda su vida (su larga vida) de privaciones va a verse recompensada con creces en el más allá. El Cielo. Allí se va a hartar a comer y a beber y a follar. Es cuestión de meses, semanas, tal vez horas. No, no le preocupa la muerte. Sólo le preocupa la zorra. ¿Ahora quién le va a dar arroz? Podría mandar a cualquiera de los monjes. Pero no. Con un monje raso y una zorra no se puede formar un palíndromo. Tiene que ser un abad. Tal vez su sucesor. Pero ¿y si la muerte tarda meses en llegarle? Cuando haya un nuevo abad, la zorra ya habrá fallecido. La tiene muy mal acostumbrada.

Se pregunta si las zorras también van al Cielo.

viernes, 13 de junio de 2008

136. Final de la guerra

Todo el mundo había salido a la calle. Él caminaba entre ellos, evitando sus miradas. Había subido el volumen del iPod al máximo, y el directo de Barricada le taladraba los tímpanos. No le importaba. No quería oír otra cosa.

Aurora corría hacia él. Él esquivó su mirada. Aceleró el paso. Pero ella ya estaba encima. No sabía si reía o lloraba. No quería saberlo. La apartó de un empujón.

Llegó a casa. Apagó el iPod, se quitó los auriculares y se sentó frente a la tele. Rebobinó la cinta de vídeo. Le dio a play y al avance rápido hasta que apareció la cabecera del telediario.

Por fin. Ahora por fin podría saber cómo había acabado todo. Y es que, si hay algo que no soporta, es que le cuenten el final de las películas, los partidos de fútbol, las guerras y las carreras de fórmula 1.

jueves, 12 de junio de 2008

135. El jueves que fue hombre

Ésta es una historia de espías donde nada es lo que parece, o donde nada parece lo que es. Por ejemplo, el jueves del título en realidad es brumario. Pero eso lo sabemos desde el principio. La sorpresa final se produce cuando descubrimos que ardilla es un idus de marzo.

miércoles, 11 de junio de 2008

134. El sudario

Penélope estaba desesperada. No había forma de acabar el maldito sudario. Cada mañana se encontraba con que alguien le había deshecho la labor del día anterior. De este modo, jamás conseguiría volver a casarse. Y no sería por falta de pretendientes. No obstante, parecía que alguien no quería que ella contrajera matrimonio. ¿Quién? Penélope no tenía enemigos. A no ser que… ¡Claro! Tenía que haberlo imaginado antes. Telémaco. Sólo podía ser Telémaco.

No lo podía culpar. Era normal que el muchacho echara de menos a su padre. Pero aquello no estaba bien… Tenía que hablar con su hijo. Sin embargo, no lo podía acusar así como así. Necesitaba pruebas.

Se pasó la noche junto a la cama de Telémaco. El chaval dormía, aunque tenía un sueño intranquilo. Se despertó una vez, pero no se levantó. Sólo se hizo una paja y se volvió a dormir.

Al amanecer, Penélope estaba muerta de sueño. Con pasos mecánicos se dirigió al telar. Allí estaba el proyecto de sudario. Habían vuelto a deshacer la labor del día anterior. Pero Telémaco no había podido ser. Entonces…

Aunque estaba muy cansada, Penélope tuvo la suficiente lucidez para preguntarse si en la mitología griega había duendes.

martes, 10 de junio de 2008

133. Pegatinas

Aquella mañana, como todas las mañanas, el vendedor de juguetes se dispuso a abrir la tienda. Se agachó para introducir la llave en la cerradura de la persiana metálica. Su mirada quedó fija en algo: la parte baja de la persiana estaba llena de adhesivos fluorescentes con publicidad de cerrajerías. El juguetero profirió un bufido de disgusto, levantó la persiana y abrió la puerta.

La hora de la comida la dedicó por completo a arrancar las pegatinas. No fue fácil, pero con paciencia y un buen disolvente acabó dejando la persiana completamente limpia de publicidad intrusiva. Aquella tarde, sentía un hambre tan atroz que casi se comió a un niño que quería una pistola de juguete.


A la mañana siguiente, los bajos de la persiana volvían a estar atestados de anuncios de cerrajerías. A la hora de comer también se encargó de quitar los adhesivos, y por la tarde estuvo a punto de comerse la pastelería de plastilina.


A la mañana siguiente, lo mismo. Habían vuelto a empapelar la parte baja de la persiana con los adhesivos fluorescentes. A la hora de comer los extirpó de nuevo. Y cuando cerró la tienda tenía una hambre salvaje. Sin embargo, en lugar de irse a casa a cenar, se escondió en el portal de al lado.

Aquella noche cenó duendes.

lunes, 9 de junio de 2008

132. Subte

Me sucede en el trayecto de Castro Barros a Plaza de Mayo. Un vendedor pregona la utilidad de una linterna. Cuando el metro se detiene en la siguiente estación, el vendedor se apea sin haber vendido nada. Al arrancar de nuevo, las luces se apagan. Y nos quedamos parados en la oscuridad del túnel.

Dos días más tarde. El mismo vendedor (creo que es el mismo) alaba las bondades de un rotulador que permite detectar billetes falsos. Media hora más tarde, en la tienda, me pagan con un fajo de billetes falsos (aunque eso no lo descubriré hasta el día siguiente).

A la semana próxima, vuelve a aparecer el vendedor (el de la linterna, el del rotulador o ambos a la vez). Esta vez glorifica las virtudes de una estampa de la Virgen. Yo, que estaba decidido a comprarle lo que fuera, me retracto. ¿Para qué quiero una estampa de la Virgen? Al llegar a la plaza de Mayo me pregunto qué me va a pasar ahora.

domingo, 8 de junio de 2008

131. Las metamorfosis

Cuando despertó, el insecto Gregorio Samsa descubrió horrorizado que toda su familia se había transformado en unos horrendos seres humanos.

sábado, 7 de junio de 2008

130. El Infierno

Los habitantes del Cielo han dejado de ser buenas personas. ¿Para qué, si no lo necesitan? Aunque tampoco es que se hayan vuelto malos, porque no se putean unos a otros. Simplemente, se dedican a gozar en una orgía sempiterna. Pero hay cosas que no desaparecen del todo, y quien más quien menos tiene algo de mala conciencia; no mucho, sólo lo justo para que hayan decidido condonarles* la deuda externa a los círculos más desfavorecidos del Infierno.

* Que no es lo mismo que repartir condones, los cuales no están bien vistos por las altas esferas celestiales.

viernes, 6 de junio de 2008

129. El Cielo

Tras recorrer todos los círculos del Infierno y el Purgatorio, por fin ha llegado al Cielo. Aquí la Guardia Celestial se encargará de explicarle el significado del sintagma sin papeles.

jueves, 5 de junio de 2008

128. Abstracción

Observa el capullo durante veinte, treinta minutos, una hora, tal vez menos o más, no lo sabe, pero llega un momento, antes o después, en el que le parece una escultura abstracta, un sinsentido que bien podría estar expuesto en una galería de arte contemporáneo, y entonces sonríe ante esa obra de arte que debe de costar millones y millones y la acaricia, despacio, muy despacio, y suave, muy suave, la acaricia despacio y suave, la piel siendo acariciada por las yemas de sus dedos, sus dedos que acarician una obra de arte abstracto en una galería de arte contemporáneo, una obra de arte que cuesta millones y millones y la acaricia, pero no la acaricia por lo que es, la acaricia por lo que vale, por lo que cuesta, porque no se puede acariciar todos los días una obra de arte que cuesta millones y millones, no, no se puede, no se puede a no ser que tengas esos millones y millones para gastarte, o a no ser que tú seas el artista que ha creado la obra de arte, o un heredero del artista, pero se pregunta si sería capaz de poseer esa obra sabiendo que está valorada en millones y millones, aunque fuera la obra de su abuelo a quien tanto ha querido, tanto da, en el fondo de su ser es un sinvergüenza a quien le gustan los millones más que el arte y sobre todo más que el arte abstracto, por eso prefiere venderlo o subastarlo, por eso acaricia el capullo como si fuera la última vez.

miércoles, 4 de junio de 2008

127. La cerilla

Mire usted, su señoría, yo al señor Díaz, aquí presente, lo conozco desde hace más de veinte años, y en todo este tiempo nunca he visto nada raro en él. Venía todas las mañanas a comprar La Razón (o “La Dazón”, como decía él), y nunca, nunca, me dejó nada a deber. Y eso no es algo que se pueda decir de todo el mundo… Espere, un momento, ahora que caigo, sí, ahora que caigo, me viene a la mente una vez, sí, una vez vino y me preguntó si tenía el diario Avui (el “diadio Avui”, me dijo). La verdad que me pareció una pregunta muy extraña, porque el mío es un quiosco muy serio, y yo jamás vendería una cosa así…, no digo que si estuviéramos en Barcelona o en Lérida, pero no en Logroño, por el amor de Dios, y así se lo dije, le dije: por el amor de Dios, que estamos en Logroño, no en Barcelona o en Lérida. Créame que no sé qué mosca le había picado, porque entonces me dijo que necesitaba una cerilla (una “cedilla”, ya saben cómo habla). Yo le dije que cerillas no vendía, que eso es muy peligroso, ¿sabe?, con todas las revistas y los periódicos. Y fue entonces cuando cogió el Marca; es curioso, porque nunca le había visto interesarse por la prensa deportiva, y me acuerdo perfectamente; de hecho, hasta le sabría decir lo que decía la portada, algo sobre el Barcelona: “El Barça, a un paso de la Liga”, sí, eso decía; y entonces vi cómo al señor Díaz se le iluminaba la cara, lo que me sorprendió, porque nunca me había parecido una persona muy futbolera, y alegrarse por el Barcelona…, pero bueno, allá cada uno, de todas formas eso es lo que pasó, cogió el Marca y me lo pagó, y luego se lo llevó, pero ya le digo que fue la única vez que lo vi comportarse de una manera extraña; pero, por el amor de Dios, ¿cómo iba a adivinar que el señor Díaz era el secuestrador del Ponç Capdevila ese?