Tras sus intentos fallidos con la guitarra eléctrica, ha decidido regresar a la flauta.
Sin embargo, no es fácil volver a su antigua vida. Desde el incidente con los niños de Hamelín, ya nadie lo quiere contratar para animar fiestas de cumpleaños. Ni disfrazado de payaso. ¡Con lo que le gustaría! Ésa es su verdadera vocación: ser un payaso de verdad, alegre por fuera pero triste por dentro.
Triste por dentro, así es como se siente.
viernes, 20 de marzo de 2009
414. El retorno del flautista
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2 comentarios:
Tengo una predilección por los cuentos al estilo Monterroso y veo que vos también. Leí los tuyos y me gustaron mucho. Espero que alguno de los míos también sean de tu agrado. Saludos
Gracias, Tino. Yo también lo espero (porque si no, me pones en un compromiso). ;-)
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