Las dos se pasaban el día en el cibercafé. Pero, mientras la cigarra no hacía otra cosa que chatear, la hormiga se dedicaba afanosamente a bajarse fotos y vídeos pornográficos: los guardaba en su llavero de memoria USB y, cada noche, al llegar a casa, lo vaciaba en el disco duro de su ordenador.
Llegó el invierno y con él la Navidad. Los dueños del cibercafé decidieron cerrarlo, ya que todo el mundo estaba con la familia o esquiando. Todo el mundo menos la cigarra y la hormiga.
sábado, 23 de mayo de 2009
478. La cigarra y la hormiga (hardcore)
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4 comentarios:
Si Esopo, Lafontaine o Samaniego levantaran la cabeza....
Nos vemos.
pero que fuerte esa hormiga, se parece a un amigo jjijijiji espero que el no pase por aki
Que se pase, hombre. Aunque seguramente se lleve una decepción.
Qué hacîan ciformigear o cibermigar?
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