El sendero se bifurcaba y al lobo se le presentaba una disyuntiva. No sabía si engañar a Caperucita o hablarle de Borges.
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3 comentarios:
Pobre Caperucita!
A estas alturas del cuento Caperucita está ya de vuelta y no se deja engañar por ningún lobo. De ahí que, efectivamente, sea el lobo el que esté en la disyuntiva: O lee el Aleph o se hace vegetariano.
Ainss este es muy bonito...me has puesto cursi y todo
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