lunes, 27 de octubre de 2008

270. Instrucciones para devolver un teléfono fijo

Para devolver un teléfono fijo, lo primero que debe hacer es buscar una bolsa con asas. Cuando la tenga, ábrala e introduzca en ella el aparato. A continuación, diríjase a las oficinas de la compañía telefónica. Están situadas en el centro de la ciudad, lo cual está bien, porque no tiene pérdida. Es probable que haya otras, pero si usted vive en un pueblo, no se moleste en preguntar: mejor diríjase al centro de la ciudad. Puede ir en autobús, tren o vehículo propio. Si dispone de un vehículo propio distinto a una motocicleta, hágase a la idea de que va a tener que depositarlo en un aparcamiento de pago. De todas maneras, le recomiendo utilizar el tren. Le dejará cerca de la puerta de las oficinas de la compañía telefónica. Le sugiero que vaya por la mañana, cuanto más pronto mejor. Una vez allí, diríjase a una especie de púlpito, donde hay un empleado extrayendo tiques. Dígale que usted viene a devolver un teléfono fijo. El empleado le expenderá un tique. Observe que tiene una letra, la B, y un número. Si mira a su alrededor, acabará descubriendo, en el centro de la sala, una especie de marcador que pende del techo. Si alguna vez ha visitado un supermercado, rápidamente asociará este marcador con las colas de la carnicería. Tiene cuatro pantallas, una por cada punto cardinal. En cada una de ellas hay una letra, la A o la B, y un número. Si la letra presente en este momento es la A, no le haga caso. Espere un rato a que aparezca la letra B. Si ésta es la letra que hay al principio, entonces no debe esperar (de momento). Fíjese en el número que acompaña a la B. A continuación, résteselo al número que figura en su tique. El guarismo resultante corresponde a la cantidad de personas que van delante de usted. Probablemente, más de treinta. Entonces, ármese. De paciencia, claro. Un consejo: mire en el interior de su monedero y busque un euro. Si lo encuentra, salga de las oficinas de la compañía telefónica. Si le asalta el temor (razonable) a que se le pase el turno, quíteselo de la cabeza: es altamente improbable que tal cosa suceda. Diríjase a un quiosco cercano y compre un diario. No adquiera la película que lo acompaña: le va a salir más caro y, además, supone un peso adicional innecesario. Al finalizar la transacción, puede regresar a las oficinas de la compañía telefónica. No corra. Respete los semáforos. De nuevo dentro, observe el marcador que pende del techo. Si la letra presente en este momento es la A, no le haga caso. Espere un rato a que aparezca la letra B. Si ésta es la letra que hay al principio, entonces no debe esperar (de momento). Fíjese en el número que acompaña a la B. A continuación, résteselo al número que figura en su tique. El guarismo resultante corresponde a la cantidad de personas que van delante de usted. Probablemente, más de treinta. Ahora, busque un asiento libre. Si lo encuentra, siéntese en él. Si no, quédese de pie. En cualquier caso, lea el diario. Empiece por la sección que más le interese. Después de una hora y cuarenta minutos, aproximadamente, deberá interrumpir la lectura y dirigirse al único de los cinco o seis mostradores que corresponde a la letra B de los tiques. Los demás son para la letra A.

Una advertencia: a las 2 de la tarde cierran las oficinas de la compañía telefónica.

2 comentarios:

Alice dijo...

Esto me suena mucho... Ah sí! son las oficinas del Ayuntamiento! Donde pierdo las mañanas para hacer algún tipo de trámite... así que los de la letra B son para devolver teléfonos móbiles! ahhh! Yo es que llevo la C, y voy viendo como pasan todos, sobre todos los de la A, es cierto... que parece que son los enchufados.

Alberto Ramos dijo...

Fijo.