Es una película inquietante. Y lo más inquietante es que, mucho después de los títulos de crédito finales (que se ha tragado enteros), siga inquietándole. En el parking del centro comercial no encuentra su coche. Después de dar varias vueltas, lo encuentra. Juraría que ya había pasado por aquí. Sale al mundo exterior. Se pierde. Acaba en el extranjero, conduciendo un coche que no es el suyo. Nunca lo ha sido. En realidad, es el coche del protagonista de la película.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Película y realidad confundidas.
Quizá si lleva el coche del protagonista es porque sea el protagonista de la película, por lo menos sí de su vida.
Un saludo indio
A quien no le ha pasado alguna vez que parezca que está en una película?
Está muy bien tu blog.
Un saludo!
Está bueno, tienes mejores.
Ya paso a leerte como el periódico diario.
Feliz semana.
nunca llegas por mi pluma, grrrr
Una confesión: esto me pasó (hasta la frase de "se pierde") cuando salí de ver Abre los ojos.
Publicar un comentario