lunes, 25 de octubre de 2010

998. Cuestión de honor

Al final de la calle han abierto un karaoke-harakiri. Es como los karaokes de toda la vida, con la diferencia de que cantar bien es una cuestión de honor.

3 comentarios:

Alís dijo...

Definitivamente, ese lugar está prohibido para mí

Un beso

Miguel Cobo dijo...

En mi calle hay un karaoke-kikirikí: Allí son los "gallos" los que imperan

Alberto Ramos dijo...

Alís: No te pierdes nada.

Miguel: Espero que esté bien insonorizado.