Bueno, no es que sean imposibles. Es que se han puesto imposibles. Primero, los precios están por las nubes. Luego, las colas son interminables. Y los controles de seguridad: ya no puedes ni llevar unos caramelos para la tos. Para colmo, cada dos por tres te pierden las maletas. Mis calzoncillos se encuentran extraviados en siete siglos diferentes. Pero lo peor de todo es que ni siquiera te queda la esperanza de que esto se arregle algún día. Te puedo asegurar que en los próximos catorce milenios todo sigue igual. Lo sé por experiencia.
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6 comentarios:
Buenísimo este cuento, de los mejores que te he leído!! jaja los calzoncillos repartidos en siete siglos diferentes...
Un saludo indio
Con éste te saliste, Al. Cada vez son mejores los textos por este sitio. Te felicito.
Un saludo.
No, Al, no seguirá igual, será aún peor.
Besos.
No Comments: Gracias, celebro que te haya gustado.
Víctor: Gracias a ti también.
Eva: Me lo temía.
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