El lugar elegido es un paso de cebra sin semáforo. Se detiene un coche. El peatón no se mueve. El conductor insiste, pero el hombre no parece dispuesto a cruzar la calle. El coche arranca.
Otro coche se acerca a toda velocidad. A un metro del paso de cebra, resulta evidente que no piensa parar. El peatón da un paso. El coche frena. Demasiado tarde.
La conductora sale, maldiciendo entre dientes.
—¿Se encuentra bien?
Es una pregunta retórica, puro formulismo: salta a la vista que no se encuentra bien. Por eso, sorprende tanto la reacción del peatón.
—¡Culpable, culpable! —exclama entre risas.
La mujer se queda parada. Segundos más tarde, ella también se ríe.
—Hacía años que no me gastaban una culpablada.
jueves, 24 de julio de 2008
175. El Día de los Culpables
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3 comentarios:
Boquiabierta me he quedado con tu blog! Besito.
Pues alégrome. :-)
muy bueno!!
...lástima que acá en Argentina no sería tan chistoso a los peatones nos arrancan del piso y nos llevan gratis veinte metros así hubiese semásforo de todas formas...
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