El excedente de lejía se ha agotado. Sin embargo, en el pasado sigue habiendo una gran demanda. Por eso, el fabricante alemán decide reanudar la producción. Pero ¿de dónde va a sacar la mano de obra? Hace unos años despidió a más de setecientos empleados; podría volverlos a contratar, o buscarse otros, pero la sola idea le produce urticaria (la gripe del siglo XXIII). Además, no quiere volver a enfrentarse a los sindicatos: desde que clonaron a Marx se han vuelto muy intratables.
Al final, adopta la mejor solución posible: abrir una fábrica de replicantes en el siglo XVIII.
viernes, 29 de agosto de 2008
211. Como Terminator II
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