—Otra vez fútbol.
—¿Qué pasa? ¿Te molesta?
—Pues sí, la verdad.
—Pensaba que te gustaba…
—Sí, pero no es eso. Lo que me molesta es que cambies la emisora cuando soy yo quien está conduciendo.
—¿Ah, sí?
—Sí…
—Pues perdone usted. Pon lo que quieras.
—Déjalo. Es igual.
—No es igual.
—¡Sí es igual! Ahora me apetece escuchar el fútbol.
—…
—…
—…
—¿Qué pasa? ¿Por qué no dicen nada?
—Están guardando un minuto de silencio.
—¿Por quién?
—Por el hermano de un jugador. Lo atropelló un camión de bomberos, creo.
—…
—…
—…
Se oye una sirena.
—¿¡¡Qué haces!!?
martes, 30 de septiembre de 2008
243. Silencio
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