Un granjero le quería regalar una gallina al rey Midas. No era una gallina cualquiera: era una gallina que ponía huevos de oro.
—¿Y para qué la quiere? —le preguntó un amigo—. Él ya puede tener todo el oro que se le antoje.
—Sí, pero esta gallina le puede dar algo más.
—¿Ah, sí? ¿El qué?
—Empatía.
lunes, 22 de diciembre de 2008
326. Un regalo para el rey Midas
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2 comentarios:
Así, por encima, éste ha sido de los que más me ha gustado de los últimos cuentecicos suyos, oiga.
Quizá se deba a lactual misantropía, peeero.
En fin, un saludo, faltaría más.
El cuento le da las gracias, Estertor.
Un saludo y feliz año.
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