Dicen que un caballo perdió una herradura y este accidente desencadenó una serie de acontecimientos que desembocó en la pérdida de la guerra. Lo que no dicen es que el jinete se había agachado para ponerle la herradura de repuesto cuando una lechera tambaleante lo distrajo, impidiéndole ver cómo la pezuña iniciaba la serie de movimientos que desembocaría en el aplastamiento de su propio cráneo.
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1 comentario:
Sería más bien el "efecto lechera tambaleante", no?
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